jueves, 21 de marzo de 2013

Marzo



21 de marzo. Ya es oficial. Acaba de empezar la primavera. La pregunta es: ¿DONDE? ¿En qué remoto lugar? Ah….no, que soy yo la que está en un remoto lugar donde el sol brilla por su ausencia… y las predicciones no dejan de ser halagüeñas. Este fin de semana a -3 graditos, si señor, porque yo lo valgo. Todo el mundo está harto, incluso los autóctonos. Las conversaciones últimamente empiezan de la siguiente manera:

-          Hola, ¿qué tal?
-          Bien (por decir algo) e inmediatamente se añade: “Bueno, hasta los huevos del invierno…”
No me extraña que se nos ponga a todos cara de constreñidos…

En fin, hecha ya mi contribución al clima de mierda que asola estas tierras, pasaremos a otros temas más amenos… Las peuterspeelzalen ... ¿mandé?

Os voy a explicar un poco este raro sistema jolandio… Vamos a ver si no me pierdo.
Los niños en Holanda pueden ir a la guardería desde que tienen 4 meses. Algunas guarderías te ofrecen dos grupos: horizontal y vertical. El horizontal consiste en que el grupo consta de niños de la misma edad. El vertical consta de niños de todas las edades mezclados entre sí, de 4 meses a  4 años. Y a los 4 años empiezan la escuela primaria. Sara va a un grupo vertical, no porque lo decidiéramos nosotros sino porque sólo había sitio en ese. De todas formas yo encantada, cuanto más heterogéneo es el grupo, mas estímulos hay y Sara aprende muchísimo. 

Hasta aquí, bien (bueno, todo sería fantástico si el precio fuera asequible y no mataran de hambre a nuestros retoños… pero en fin, no todo es perfecto) 

Ahora viene el siguiente paso. Las peuterspeelzalen. Qué narices es eso y por qué tiene un nombre tan sospechosamente largo… Bueno, cuando tu hijo cumple 2 años obtiene el derecho para ir a una “sala para jugar”. Mi pregunta es qué coño hacen en la guardería entonces…. ¿meditar? Ellos dicen que la diferencia entre la guardería y la sala para jugar es que en la guardería solo los cuidan y en la sala para jugar aprenden cosas nuevas y creativas y, bueno, dato importante… que las salas para jugar son bastante más económicas, pagas unos 50 euros por mes.

Bien, la cosa es que tu hijo/a sólamente  puede ir a una sala para jugar MÁXIMO 2 veces por semana y un MÁXIMO de 3 horas, es decir, por poner un ejemplo,  martes y jueves de 8:30 a 11:30. Y después, búscate la vida. Lo puedes combinar con la guardería pero eso significa que lo tienes que llevar a dos sitios diferentes… no sé, para mí un coñazo. 

Esta es la teoría. Ahora la práctica.
En la guardería de Sara hacen de todo, no solo les cuidan, sino que aprenden a colorear, a hacer puzles, cantan canciones, hacen manualidades… una monada.
A día de hoy hemos visitado 1 sala de jugar (en mi pueblo hay 3, gracias). 

Sala de jugar -Filosofía Montessori. Muy alternativa, muy especial (según ellos) y muy educativa (según ellos también) Nada más llegar no hay nadie recibiéndonos, buscamos a alguien que nos pueda ayudar pero… pelotilla del oeste. Nos dejamos guiar por los angelicales murmullos infantiles y tocamos a la puerta de una clase. Nos abre un maromo con el pelo todo revuelto. De repente me doy cuenta de que no es un maromo sino una señora - machola, con pinta de haberse acabado de levantar (son las 11 de la mañana) Nos mira de arriba a abajo y casi le falta cerrarnos la puerta en las narices… empezamos bien. Nos presentamos y viene otra profesora. La “pelos” se escaquea de una forma espectacular. La nueva profesora nos da la bienvenida y nos dice que pasemos para ver la clase y allí nos deja, en medio, como dos pasmarotes mientras ella se va a jugar con un par de niños. 

-          A ver, ¿esto es normal aquí? – le digo al tuli en español (bendito idioma), ¿y ahora qué hacemos?
-          Yo que sé -  me contesta. Vamos a mirar por ahí…
-          ¿Por dónde? Si esto tiene 4 paredes y 30 metros cuadrados…

Así que como dos pringados nos quedamos de pie esperando a que la señora termine de jugar con el niño…
Al cabo de 5 minutos (interminables) la señora se levanta dando por hecho que nuestros ojos han visualizado completamente el funcionamiento del centro y que entendemos de qué va la cosa…

-          ¿Tenéis alguna pregunta? – dice ella, toda graciosa.
-          No sé… digo yo. ¿Nos va a explicar usted un poco la normativa del centro, lo que hacen, etc…? – respondo yo algo jocosilla…
-          Para eso tienen este cuadernillo…

Acabáramos. Aquí en Holanda lo de explicar algo está pasado de moda. Aquí tienen folletos para todo, porque para qué gastar saliva…si uno lo puede leer solito.
La “pelos” reaparece en el escenario dando pasos de cowboy…mamá miedo. 

-          Miren- dice la señora. Nuestra filosofía es la de que cada niño hace lo que quiere en cada momento, aprende a jugar solo de acuerdo a sus necesidades y gustos…blablablá….

Ahora sí nos explica un poco lo que hacen cada día, que si toman una pieza de fruta y una cracker (vamos lo normal… que luego el niño haga el resopón en casa), que si hace buen tiempo salen al parque, que a veces hacen actividades conjuntas (menos mal), etc…
Bueno, a los 20 minutos nos vamos (o mejor dicho, nos echan). Yo flipando, la verdad… vamos, que está claro que a esta supermegaescuelasuperespecial  mi hija no va a ir.
La próxima semana tenemos cita en la Sala de Jugar numero 2… ya os contaré…