sábado, 25 de enero de 2014

Cosas que pasan


Veamos, ¿qué cosas pueden pasar en Pelotilla Vil en dos semanas? Muchas.

Uno: me pusieron una multa por exceso de velocidad. La semana pasada me llegó una carta a casa, donde me informaban muy cortésmente que había excedido  la velocidad permitida en 8 km durante un tramo de 3 km, (vamos, lo que une Pelotilla del Polder con Pelotilla Vil)  de los cuales me quitaron 5 km por cortesía, así que resumiendo, mi superturbo iba a 3 km más de los permitidos. Cantidad a pagar: 36 euros.  Pos mu bien.

Dos: Algún subnormal pinchó las ruedas delanteras de la bici del tuli y la mía, que estaban estacionadas delante de nuestra casa. Así que nos hemos tirado dos semanas sin bici… una tragedia. Tengo que decir que mi pueblo algunos fines de semana por la noche alberga a más de un gilipollas haciendo lo propio… el año pasado por ejemplo apareció el buzón de mi vecina en medio de mi jardín, no sé, supongo que algún gili-tuli quiso comprobar eso de la teoría de la relatividad. Lo más gracioso es que yo no me di cuenta hasta dos semanas después…

Tres: Pude ver con mis propios ojos el modelazo pijamero-mañanero de la profesora de mi hija. Era algo así como encontrarse a  Laura Ingalls en plena era moderna…. De hecho todos los niños fueron al taller de lectura en pijama, todos menos Sara, que dió la nota, claro… yo es que ni por un momento pensé la cosa iba a tener tanta aceptación, si lo llego a saber… voy yo en pijama a llevar a mi hija a la guarde, que ganas no me faltan!

Cuatro: Por enésima vez consecutiva pisé una caca de perro colocada estratégicamente delante de la puerta del supermercado.  Vamos a ver… Seguramente todos vosotros habréis pisado alguna vez una caca de perro, bien. Lo que no os habrá pasado es pisar una caca de perro una vez a la semana mínimo.  Bueno, en mi pueblo bucólico-idílico-pastoril eso no es sólo posible sino más que probable… No hay cosa que más me moleste y me asquee que encontrarme mierda perruna. Bueno, sí… pisarla y notar como mi zapato se va hundiendo lentamente en el excremento de turno que te deja apestando hasta llegar a casa… No entiendo que la gente que tenga perro sea tan guarra de dejarlos cagar libremente en la vía publica, esa que todos pagamos para que esté limpia… Seguramente esa gente no dejará que sus perros defequen delante de la puerta de sus propias casas o en sus jardines, no… para qué, si ya están las casas de los demás para tal menester. Si hay algún lector que tenga perro y haga eso, por favor, que se lo haga mirar… Yo ya le he dicho al tuli que aquí deberíamos hacer lo que hicieron en Brunete, que me pareció de lo más brillante. De hecho creo que voy a escribir una carta al ayuntamiento con la misma propuesta, aquí os la dejo:

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/03/madrid/1370261485_892691.html

sábado, 11 de enero de 2014

Talleres de lectura


Creo que fue allá por marzo del año pasado cuando os conté lo de las salas de jugar holandesas y nuestra visita a la filosófica superchachi sala Montessori. Y ahí me quedé. No os conté que al final me tuve que tragar mis palabras y dejar a mi hija en manos de la “pelos & company”. Sí, Sara va los martes y los jueves a jugar allí, y tan feliz, oye. La cosa es que en pelotilla vil, mi pueblo, solo hay dos salas de jugar, la Montessori y una que siempre está cerrada, gracias. De hecho, antes de tener que tragarme mis palabras fuimos a una que estaba en el extrarradio pero la profe era una especie de Gloria Fuertes que parecía que se había tragado 40 ceniceros, vaya pena de voz…y además era como una especie de sargentona que daba miedito. Finalmente optamos por la supermegaescuelasuperespecial  donde te dicen que el propósito básico de su método es liberar el potencial de cada niño para que se autodesarrolle intelectual, física y psíquicamente en un ambiente estructurado… amén. Ojo,que yo no tengo nada en contra, mientras Sara juegue con otros niños y sea feliz pues fantástico. Ahora bien, me toca un poco las narices que en ésta y la otra sala de jugar la amabilidad y la simpatía del personal docente brillen por su ausencia… y esto ya no tiene que ver con ninguna filosofía. Una llega a dejar a su hija, entra en la sala y con una sonrisa dice “Goedemooorgeeeen” (Buenos díaaaaaas, un poco a lo Ned Flanders, que es lo que se lleva por estos lares). Lo que una no espera es la cara de hastío de la profe número 1, que la profe número 2 me ignore totalmente y a la pelos escondiéndose para comerse una galleta. Hombre no… que alguien me salude con una sonrisa por favor, que no cuesta nada. Encima es que somos clientes, estamos pagando por un servicio,…¿estas no saben de que va el business? Está visto que no… o, ya sé… va a ser que soy yo la que destroza la paz interior del niño, impidiéndole su futuro desarrollo intelectual físico-mental por entrar impetuosamente canturreando sonriente un buenos días…de verdad, a veces son de un constreñido estos jolandios...

En fin que ahora con el lechón en casa el que va a dejar a Sara en la escuelita es el tuli. Ayer me vino con una circular informativa. Me pongo a leerla y ya oigo la risita del tuli a lo lejos. La semana que viene van a organizar un taller de lectura y para los más pequeños el martes van a hacer un “voorleesontbijt” lo que viene a ser un desayuno-lectura. La siguiente frase la tengo que leer tres veces antes de descojonarme: “todos los niños y sus profesoras pueden venir ese día en pijama a la escuela”…Si, anda, ¿va en serio? Osea, ¿os imagináis en España yendo a la guardería a dejar a vuestros polluelos en pijama siendo recibidos por las profes en pijama? Me parto. Bueno, la pelos no hace falta que haga mucho. Casi que el martes voy a dejar yo a Sara en la guarde para no perderme el show…

viernes, 3 de enero de 2014

Una noche cualquiera


¿Os acordáis del anuncio ese de Tampax de " hoy es uno de esos días en los que me encanta ser mujer"? Pues ayer noche tuve uno de esos días en los que me encanta ser madre... A las 22:30 nuestro pequeño lechón demanda a grito pelado su ración láctea, a las 23:30 sigue berreando porque aparentemente le matamos de hambre (ojo, bebe casi un litro diario…con 2 meses!!!) A las 00:15 le enchufamos un biberón más que nada por pena, pena de nosotros mismos, claro. Cuando parece que el lechón se conforma, empieza a ronronear y nosotros nos disponemos a dar rienda suelta a nuestras pasión, esto es, dormir más de tres horas seguidas… se oye una vocecita en el piso de abajo:

- “ mamaaaaaaaa”
-“Pssss” le digo al tuli, “calla, ignorémosla que seguro que se duerme otra vez…”
 La voz insiste acompañada de gimoteos y lloriqueos varios:
- “papiiiiiiiiiii”

 y claro, el papi va…y le canta a su princesa la canción de la oveja, cantada solo unas 1095 veces en lo que va de año en su versión holandesa y un poco menos en la española (yo es que canto peor…). Sube el tuli, se acuesta. El lechón con tanto ajetreo se remueve un poco… yo cruzo fuerte los dedos… buff, parece que reina el silencio… ¡aprovechemos! ¡Caigamos en los brazos de Morfeo!... 5 minutos más tarde la inquilina del piso de abajo sigue dando la murga: 

-“mamiiiiiii, papiiiiii, ike liggen cama papi mami” mix de lenguas cuya traducción os la podéis imaginar, se quiere mudar a nuestro paraíso Flex.
-“Ni hablar”, le digo al tuli que pone cara de claudiquemos…

Salgo de la cama y bajo a la habitación de nuestra polluela y le digo que ni oveja ni caballo ni foca, ni niño muerto, que a dormir, pero me pone ojos de gato con botas y me susurra al oído: “mami, e quiero mucho” y claro, ya me tiene ganada, anda que no sabe latín esta niña… claudico y la subo para arriba. Qué bonito, toda la familia unida… Después de una hora dando más vueltas que un pollo al ast Sara se queda dormida con su brazo en mi cara y sus piernas en mi barriga…son las 3:00, hora en que el lechón abre un ojo y amenaza con dejarnos sordos si no recibe su leche en breve…y como se queda inquieto tras ingerir su néctar, el tuli decide traérselo a la cama, venga, que como somos pocos...  A las 4:00 consigo entrar en una especie de adormecimiento bucólico, que desgraciadamente dura poco porque mi co-durmiente se despierta y me dice: 

-“mami, ¿ya e de día?
-No, aún no, anda Sara, duérmete.
- “mami, teno hamme”
- Ahora iremos a desayunar
- “mami, ¿dibus?”
- Después te pongo los dibujos, cuando sea de día, anda duerme.
- “mami, teno pipiiiiii”

Son las 6:10. Buenos días