domingo, 9 de febrero de 2014

Patinaje



Yo: ¿Chati, vamos hoy a la piscina con los niños?
Tuli: Yo quiero ver mis Olimpicos (Sochi)
Yo: Ah, estupendo… no sabía que eran tuyos…
Buenos días!!

No sé lo que le pasa a este colectivo de atulipanaos pero en cuanto empieza cualquier tipo de competición de patinaje se encierran todos en sus casas y no mueven el pandero hasta que la cosa acaba. Recuerdo que por Navidad se me ocurrió ir al súper en plena retransmisión de alguna competición de esas en la que los tíos lucen embutidos cual jamones en su súper traje esquiador  (que ríete tú de los complementos de Barbie) y cuando llegué me encontré el Albert Heijn desierto, que maravilla chica! Casi podía volar con mi carrito de un pasillo a otro. Cuando fui a pagar, el cajero me miró con cara de hastío y se lamentó brevemente, mascullando algo así como “ y yo aquí perdiéndome el patinaje…” Así que de vuelta a casa en la bici me fui fijando en cada casa, que con eso de que aquí la cortina no se usa, se entera una de todo… y descubrí que en el 98% de los hogares la tele estaba puesta en el canal – patinador, el otro 2% debía estar presenciando la competición “in situ”, digo yo…

La cosa es que cuando un españolito de a pie se jacta de lo fantásticos que somos en fútbol, tenis, baloncesto… llega el tulipán y dice: Ya, pero nosotros somos mejor en patinaje…  ya… pues muy bien, ¿y a quién le importa? A ellos, está claro.

Aclaremos una cosa: no se trata de patinaje artístico (entonces eso sí sería la pera) sino de dar vueltas a una pista para ver quién es más rápido, más resistente, etc…

Y para que la tarde ya sea redonda se preparan un bocata delicioso que deja a una servidora en shock…


Esto es lo que se denomina broodje met speculaas, que viene a ser un sándwich de galleta, altamente valorado en estas tierras. Al principio pensé que era cosa de mi maromo pero se me ocurrió preguntar a mis alumnos y colegas y todos se llevaban la mano a 2 cm de la oreja y la movían de un lado a otro (que es gesto de decir mmmmmm, rico rico… ¿y por qué se llevaran la mano a la oreja? en fin, lo analizaremos en otro post…) Así que está considerado como una delicatesen…. Claro que también a ellos les parece raro que nosotros tengamos una pata de jamón sobre la encimera de la cocina…

Yo:  Chatiiiiiii, ¿nos vamos ya a dar un paseo?
Tuli: No, no... justo ahora empieza lo bueno
Yo: ¿Y qué era lo de antes, lo regular?
Tuli: más o menos... eran "los otros". Ahora vienen los holandeses.

sábado, 25 de enero de 2014

Cosas que pasan


Veamos, ¿qué cosas pueden pasar en Pelotilla Vil en dos semanas? Muchas.

Uno: me pusieron una multa por exceso de velocidad. La semana pasada me llegó una carta a casa, donde me informaban muy cortésmente que había excedido  la velocidad permitida en 8 km durante un tramo de 3 km, (vamos, lo que une Pelotilla del Polder con Pelotilla Vil)  de los cuales me quitaron 5 km por cortesía, así que resumiendo, mi superturbo iba a 3 km más de los permitidos. Cantidad a pagar: 36 euros.  Pos mu bien.

Dos: Algún subnormal pinchó las ruedas delanteras de la bici del tuli y la mía, que estaban estacionadas delante de nuestra casa. Así que nos hemos tirado dos semanas sin bici… una tragedia. Tengo que decir que mi pueblo algunos fines de semana por la noche alberga a más de un gilipollas haciendo lo propio… el año pasado por ejemplo apareció el buzón de mi vecina en medio de mi jardín, no sé, supongo que algún gili-tuli quiso comprobar eso de la teoría de la relatividad. Lo más gracioso es que yo no me di cuenta hasta dos semanas después…

Tres: Pude ver con mis propios ojos el modelazo pijamero-mañanero de la profesora de mi hija. Era algo así como encontrarse a  Laura Ingalls en plena era moderna…. De hecho todos los niños fueron al taller de lectura en pijama, todos menos Sara, que dió la nota, claro… yo es que ni por un momento pensé la cosa iba a tener tanta aceptación, si lo llego a saber… voy yo en pijama a llevar a mi hija a la guarde, que ganas no me faltan!

Cuatro: Por enésima vez consecutiva pisé una caca de perro colocada estratégicamente delante de la puerta del supermercado.  Vamos a ver… Seguramente todos vosotros habréis pisado alguna vez una caca de perro, bien. Lo que no os habrá pasado es pisar una caca de perro una vez a la semana mínimo.  Bueno, en mi pueblo bucólico-idílico-pastoril eso no es sólo posible sino más que probable… No hay cosa que más me moleste y me asquee que encontrarme mierda perruna. Bueno, sí… pisarla y notar como mi zapato se va hundiendo lentamente en el excremento de turno que te deja apestando hasta llegar a casa… No entiendo que la gente que tenga perro sea tan guarra de dejarlos cagar libremente en la vía publica, esa que todos pagamos para que esté limpia… Seguramente esa gente no dejará que sus perros defequen delante de la puerta de sus propias casas o en sus jardines, no… para qué, si ya están las casas de los demás para tal menester. Si hay algún lector que tenga perro y haga eso, por favor, que se lo haga mirar… Yo ya le he dicho al tuli que aquí deberíamos hacer lo que hicieron en Brunete, que me pareció de lo más brillante. De hecho creo que voy a escribir una carta al ayuntamiento con la misma propuesta, aquí os la dejo:

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/03/madrid/1370261485_892691.html

sábado, 11 de enero de 2014

Talleres de lectura


Creo que fue allá por marzo del año pasado cuando os conté lo de las salas de jugar holandesas y nuestra visita a la filosófica superchachi sala Montessori. Y ahí me quedé. No os conté que al final me tuve que tragar mis palabras y dejar a mi hija en manos de la “pelos & company”. Sí, Sara va los martes y los jueves a jugar allí, y tan feliz, oye. La cosa es que en pelotilla vil, mi pueblo, solo hay dos salas de jugar, la Montessori y una que siempre está cerrada, gracias. De hecho, antes de tener que tragarme mis palabras fuimos a una que estaba en el extrarradio pero la profe era una especie de Gloria Fuertes que parecía que se había tragado 40 ceniceros, vaya pena de voz…y además era como una especie de sargentona que daba miedito. Finalmente optamos por la supermegaescuelasuperespecial  donde te dicen que el propósito básico de su método es liberar el potencial de cada niño para que se autodesarrolle intelectual, física y psíquicamente en un ambiente estructurado… amén. Ojo,que yo no tengo nada en contra, mientras Sara juegue con otros niños y sea feliz pues fantástico. Ahora bien, me toca un poco las narices que en ésta y la otra sala de jugar la amabilidad y la simpatía del personal docente brillen por su ausencia… y esto ya no tiene que ver con ninguna filosofía. Una llega a dejar a su hija, entra en la sala y con una sonrisa dice “Goedemooorgeeeen” (Buenos díaaaaaas, un poco a lo Ned Flanders, que es lo que se lleva por estos lares). Lo que una no espera es la cara de hastío de la profe número 1, que la profe número 2 me ignore totalmente y a la pelos escondiéndose para comerse una galleta. Hombre no… que alguien me salude con una sonrisa por favor, que no cuesta nada. Encima es que somos clientes, estamos pagando por un servicio,…¿estas no saben de que va el business? Está visto que no… o, ya sé… va a ser que soy yo la que destroza la paz interior del niño, impidiéndole su futuro desarrollo intelectual físico-mental por entrar impetuosamente canturreando sonriente un buenos días…de verdad, a veces son de un constreñido estos jolandios...

En fin que ahora con el lechón en casa el que va a dejar a Sara en la escuelita es el tuli. Ayer me vino con una circular informativa. Me pongo a leerla y ya oigo la risita del tuli a lo lejos. La semana que viene van a organizar un taller de lectura y para los más pequeños el martes van a hacer un “voorleesontbijt” lo que viene a ser un desayuno-lectura. La siguiente frase la tengo que leer tres veces antes de descojonarme: “todos los niños y sus profesoras pueden venir ese día en pijama a la escuela”…Si, anda, ¿va en serio? Osea, ¿os imagináis en España yendo a la guardería a dejar a vuestros polluelos en pijama siendo recibidos por las profes en pijama? Me parto. Bueno, la pelos no hace falta que haga mucho. Casi que el martes voy a dejar yo a Sara en la guarde para no perderme el show…

viernes, 3 de enero de 2014

Una noche cualquiera


¿Os acordáis del anuncio ese de Tampax de " hoy es uno de esos días en los que me encanta ser mujer"? Pues ayer noche tuve uno de esos días en los que me encanta ser madre... A las 22:30 nuestro pequeño lechón demanda a grito pelado su ración láctea, a las 23:30 sigue berreando porque aparentemente le matamos de hambre (ojo, bebe casi un litro diario…con 2 meses!!!) A las 00:15 le enchufamos un biberón más que nada por pena, pena de nosotros mismos, claro. Cuando parece que el lechón se conforma, empieza a ronronear y nosotros nos disponemos a dar rienda suelta a nuestras pasión, esto es, dormir más de tres horas seguidas… se oye una vocecita en el piso de abajo:

- “ mamaaaaaaaa”
-“Pssss” le digo al tuli, “calla, ignorémosla que seguro que se duerme otra vez…”
 La voz insiste acompañada de gimoteos y lloriqueos varios:
- “papiiiiiiiiiii”

 y claro, el papi va…y le canta a su princesa la canción de la oveja, cantada solo unas 1095 veces en lo que va de año en su versión holandesa y un poco menos en la española (yo es que canto peor…). Sube el tuli, se acuesta. El lechón con tanto ajetreo se remueve un poco… yo cruzo fuerte los dedos… buff, parece que reina el silencio… ¡aprovechemos! ¡Caigamos en los brazos de Morfeo!... 5 minutos más tarde la inquilina del piso de abajo sigue dando la murga: 

-“mamiiiiiii, papiiiiii, ike liggen cama papi mami” mix de lenguas cuya traducción os la podéis imaginar, se quiere mudar a nuestro paraíso Flex.
-“Ni hablar”, le digo al tuli que pone cara de claudiquemos…

Salgo de la cama y bajo a la habitación de nuestra polluela y le digo que ni oveja ni caballo ni foca, ni niño muerto, que a dormir, pero me pone ojos de gato con botas y me susurra al oído: “mami, e quiero mucho” y claro, ya me tiene ganada, anda que no sabe latín esta niña… claudico y la subo para arriba. Qué bonito, toda la familia unida… Después de una hora dando más vueltas que un pollo al ast Sara se queda dormida con su brazo en mi cara y sus piernas en mi barriga…son las 3:00, hora en que el lechón abre un ojo y amenaza con dejarnos sordos si no recibe su leche en breve…y como se queda inquieto tras ingerir su néctar, el tuli decide traérselo a la cama, venga, que como somos pocos...  A las 4:00 consigo entrar en una especie de adormecimiento bucólico, que desgraciadamente dura poco porque mi co-durmiente se despierta y me dice: 

-“mami, ¿ya e de día?
-No, aún no, anda Sara, duérmete.
- “mami, teno hamme”
- Ahora iremos a desayunar
- “mami, ¿dibus?”
- Después te pongo los dibujos, cuando sea de día, anda duerme.
- “mami, teno pipiiiiii”

Son las 6:10. Buenos días

viernes, 20 de diciembre de 2013

Marc


Toc, toc... os presento al nuevo miembro de nuestra familia, nuestro hijo Marc. Como veis estos últimos meses he estado un poco ocupada, dividiendo mis quehaceres de madre y esposa amorosa (…) y lidiando con el barrigón de Marc, porque os lo puedo jurar y perjurar, era algo así como llevar un ballenato en mi interior. Globo estático también vale. Y no es para menos, porque este morenazo de ojos grises vino al mundo con unas medidas de infarto: 58 cm de largo y 4,900 gramos. Sí, lo habéis leído bien, casi 5 kilos señores y señoras. Y es que ya me lo olía yo… si desde el principio del embarazo ya se me veía la barriga a 20 km de distancia, vamos, meeting point. …y claro, con ello los comentarios jocosos de los lugareños: ¿tú estás segura de que solo es uno?, ¿todavía no has parido? (estando de 6 meses, gracias), ¿ya te quedaran unas semanitas, no? (estando de 7 meses). Bueno, salí de cuentas el 12 de octubre y este petardo decidió venir al mundo dos semanas después. De hecho, si por él hubiera sido, se habría quedado un poco más porque finalmente tuvieron que inducirme el parto… y qué parto!

A las 7:00 am de un viernes entraba en el hospital. A mi todo el mundo me había dicho que con el segundo hijo todo era más rápido y más fácil… (esperad, que me troncho) ya claro, no contábamos con que nos venía un Gasol… yo tranquilita pensando que yo que sé, como mucho a las 14:00 estaría dando la luz (como dice el tuli) y a las 18:00 en mi casa, porque en este país a las tres horas de haber parido te mandan a tu casa. Craso error. A las 18:00 creo que estaba pidiendo a gritos una cesárea. Me quitaron mi preciada epidural con el rollito de “así sentirás mejor las contracciones”, y sí, sí que las sentí. Además, por si no tuviera poco, empecé a vomitar, osea, un cuadro Picasso…la verdad es que daba pena… y empecé a desvariar diciendo que quería hablar con el jefe… Al rato, es un decir, 21:00 llego la ginecóloga (primera vez que la veía en todo el día) y me dijo que si en 10 minutos no nacía el bebé, me harían la cesárea. “Pues me la pueden hacer ya” -pensé yo- “porque este no sale ni de coña”. A las 21:30 me bajaron a quirófano, yo cagándome en la estirpe del sistema jolandio (por cagarme en algo) y casi pidiendo ya morfina por caridad…jurando y perjurando no volver a engendrar (me ha salido un pareado). Cuando el anestesista me dio el chute epidural me dieron ganas de darle un beso en los morros, de hecho creo recordar que le dije algo patético, como que era mi mejor amigo, o algo así… y a las 22:04 nació Marc. Y tan contentos todos, sobretodo yo.

Lo que no sabía yo era lo coñazo que iba a ser la recuperación. No entiendo muy bien por que algunas mujeres prefieren cesárea en vez de parto natural… han pasado ya casi dos meses y aun me molesta la cicatriz, además, parte de mi barriga se ha quedado adormecida y como no pierda pronto los 4 o 5 kilos que me sobran se me va a quedar la barriga como la boca de Carmen de Mairena… una monada.
Pero en fin, lo importante es que Marc ya está aquí, y yo de vuelta al blog, espero… si me dejan mis retoños ;)

PD: Caracola, Juanra...lo voy a intentar, de verdad!! 

jueves, 21 de marzo de 2013

Marzo



21 de marzo. Ya es oficial. Acaba de empezar la primavera. La pregunta es: ¿DONDE? ¿En qué remoto lugar? Ah….no, que soy yo la que está en un remoto lugar donde el sol brilla por su ausencia… y las predicciones no dejan de ser halagüeñas. Este fin de semana a -3 graditos, si señor, porque yo lo valgo. Todo el mundo está harto, incluso los autóctonos. Las conversaciones últimamente empiezan de la siguiente manera:

-          Hola, ¿qué tal?
-          Bien (por decir algo) e inmediatamente se añade: “Bueno, hasta los huevos del invierno…”
No me extraña que se nos ponga a todos cara de constreñidos…

En fin, hecha ya mi contribución al clima de mierda que asola estas tierras, pasaremos a otros temas más amenos… Las peuterspeelzalen ... ¿mandé?

Os voy a explicar un poco este raro sistema jolandio… Vamos a ver si no me pierdo.
Los niños en Holanda pueden ir a la guardería desde que tienen 4 meses. Algunas guarderías te ofrecen dos grupos: horizontal y vertical. El horizontal consiste en que el grupo consta de niños de la misma edad. El vertical consta de niños de todas las edades mezclados entre sí, de 4 meses a  4 años. Y a los 4 años empiezan la escuela primaria. Sara va a un grupo vertical, no porque lo decidiéramos nosotros sino porque sólo había sitio en ese. De todas formas yo encantada, cuanto más heterogéneo es el grupo, mas estímulos hay y Sara aprende muchísimo. 

Hasta aquí, bien (bueno, todo sería fantástico si el precio fuera asequible y no mataran de hambre a nuestros retoños… pero en fin, no todo es perfecto) 

Ahora viene el siguiente paso. Las peuterspeelzalen. Qué narices es eso y por qué tiene un nombre tan sospechosamente largo… Bueno, cuando tu hijo cumple 2 años obtiene el derecho para ir a una “sala para jugar”. Mi pregunta es qué coño hacen en la guardería entonces…. ¿meditar? Ellos dicen que la diferencia entre la guardería y la sala para jugar es que en la guardería solo los cuidan y en la sala para jugar aprenden cosas nuevas y creativas y, bueno, dato importante… que las salas para jugar son bastante más económicas, pagas unos 50 euros por mes.

Bien, la cosa es que tu hijo/a sólamente  puede ir a una sala para jugar MÁXIMO 2 veces por semana y un MÁXIMO de 3 horas, es decir, por poner un ejemplo,  martes y jueves de 8:30 a 11:30. Y después, búscate la vida. Lo puedes combinar con la guardería pero eso significa que lo tienes que llevar a dos sitios diferentes… no sé, para mí un coñazo. 

Esta es la teoría. Ahora la práctica.
En la guardería de Sara hacen de todo, no solo les cuidan, sino que aprenden a colorear, a hacer puzles, cantan canciones, hacen manualidades… una monada.
A día de hoy hemos visitado 1 sala de jugar (en mi pueblo hay 3, gracias). 

Sala de jugar -Filosofía Montessori. Muy alternativa, muy especial (según ellos) y muy educativa (según ellos también) Nada más llegar no hay nadie recibiéndonos, buscamos a alguien que nos pueda ayudar pero… pelotilla del oeste. Nos dejamos guiar por los angelicales murmullos infantiles y tocamos a la puerta de una clase. Nos abre un maromo con el pelo todo revuelto. De repente me doy cuenta de que no es un maromo sino una señora - machola, con pinta de haberse acabado de levantar (son las 11 de la mañana) Nos mira de arriba a abajo y casi le falta cerrarnos la puerta en las narices… empezamos bien. Nos presentamos y viene otra profesora. La “pelos” se escaquea de una forma espectacular. La nueva profesora nos da la bienvenida y nos dice que pasemos para ver la clase y allí nos deja, en medio, como dos pasmarotes mientras ella se va a jugar con un par de niños. 

-          A ver, ¿esto es normal aquí? – le digo al tuli en español (bendito idioma), ¿y ahora qué hacemos?
-          Yo que sé -  me contesta. Vamos a mirar por ahí…
-          ¿Por dónde? Si esto tiene 4 paredes y 30 metros cuadrados…

Así que como dos pringados nos quedamos de pie esperando a que la señora termine de jugar con el niño…
Al cabo de 5 minutos (interminables) la señora se levanta dando por hecho que nuestros ojos han visualizado completamente el funcionamiento del centro y que entendemos de qué va la cosa…

-          ¿Tenéis alguna pregunta? – dice ella, toda graciosa.
-          No sé… digo yo. ¿Nos va a explicar usted un poco la normativa del centro, lo que hacen, etc…? – respondo yo algo jocosilla…
-          Para eso tienen este cuadernillo…

Acabáramos. Aquí en Holanda lo de explicar algo está pasado de moda. Aquí tienen folletos para todo, porque para qué gastar saliva…si uno lo puede leer solito.
La “pelos” reaparece en el escenario dando pasos de cowboy…mamá miedo. 

-          Miren- dice la señora. Nuestra filosofía es la de que cada niño hace lo que quiere en cada momento, aprende a jugar solo de acuerdo a sus necesidades y gustos…blablablá….

Ahora sí nos explica un poco lo que hacen cada día, que si toman una pieza de fruta y una cracker (vamos lo normal… que luego el niño haga el resopón en casa), que si hace buen tiempo salen al parque, que a veces hacen actividades conjuntas (menos mal), etc…
Bueno, a los 20 minutos nos vamos (o mejor dicho, nos echan). Yo flipando, la verdad… vamos, que está claro que a esta supermegaescuelasuperespecial  mi hija no va a ir.
La próxima semana tenemos cita en la Sala de Jugar numero 2… ya os contaré…