sábado, 30 de octubre de 2010

Sorpresa

El miércoles llegué a Palma por sorpresa, nadie me esperaba. Me había aliado con mi hermana para dar la sorpresa y vaya sí la dí, pues nadie me esperaba hasta Navidades. Siempre me ha encantado hacer este tipo de cosas, ver la cara que se les queda a los demás cuando no se lo esperan, es de lo más divertido.Mi sobri Alex vino a buscarme al aeropuerto porque mamá le había dicho que allí "había una sorpresa muy grande" (osea, yo) y no veas la charleta en lengua de trapo (que me encanta) que tiene ya el crío sólo con sus 2 añitos. Lástima que sólo me pueda quedar 4 días y que no me de tiempo a ver a todo el mundo, es lo que tiene ser una exiliada tulipana. Lo que más gracia me hace de volver a "casa" es, entre otras cosas, reafirmarme en la idea de que "madre no hay más que una". Los platos de comida a rebosar, las cantinelas de "hija, come que te tienes que alimentar, que seguro que en Holanda no comes bien" (como si en Tuliland estuviéramos todos desnutridos), la doble manta que te pone en la cama aunque en Mallorca estemos a 20 grados: "no tendrás frío, no?" (y yo sudando como un pollo), el jamoncito ibérico que secretamente mete en tu maleta para que el tuli se alimente adecuadamente y un largo etcétera de esas cosas que sólo hacen las madres. Y yo, aunque no se lo digo, estoy encantada claro :)
No hay nada como volver a casa y dejar que a una la mimen.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Juguetes antiguos

Últimamente me ha dado por coleccionar juguetes antiguos. Cada vez que paso por una tienda de segunda mano me paro a mirar si tienen alguno. Os voy a enseñar algunos de los que he conseguido:

 Esta es una "letterdoos" o caja de letras en cristiano. Es una bastante antigua que utilizaban para que los niños en el cole aprendieran a escribir y a conocer  palabras nuevas. Algunas letras están hechas polvo pero me encanta :)
La conseguí en una kringloopwinkel del centro, estaba oculta por una montaña de juguetes nuevos pero escarbando un poco conseguí sacarla. No recuerdo muy bien lo que costaba, no mucho creo, pero el dueño de la tienda me la regaló porque la semana anterior había vendido a otra persona un cuadro que mi suegra y yo habíamos reservado y se debía sentir culpable (es que mi suegra es una asidua del lugar) El caso es que yo más feliz que unas pascuas. A las pocas semanas volví y también semiescondido entre otras cosas (de verdad, no os imaginais la de cosas extravagantes que se encuentran en esas tiendas) encontré esta caja de puzles antiguos. Casi todos son imágenes de niños y niñas holandeses con los trajes típicos de la región a la que pertenecen y por supuesto con los zuecos. Algunos dibujos están rotos pero creo que los voy a restaurar (con esa gracia que tengo yo para el arte) y las más bonitas las enmarcaré para colgarlas en algún rinconcillo de la casa en Enkhuizen, para conservar el gusto antiguo (tranquilos, que no voy a convertir nuestra casa en un museo de cacatúas tulipanas, también habrá espacio para lo moderno) Bueno, ¿qué os parecen mis nuevas adquisiciones?

sábado, 23 de octubre de 2010

En la carnicería

Ayer me perdí con la bici y casualmente (por no decir milagrosamente) me encontré una carnicería en el camino. Decidí entrar a comprar pollo. Casi nunca compro carne en la carnicería, de hecho desde que vivo en Holanda se ha reducido considerablemente mi consumo de carne, en primer lugar porque la carne aquí deja bastante que desear, en segundo lugar porque es bastante difícil encontrar una carnicería en Amsterdam y en tercer lugar y casi lo más importante, porque cada vez que voy no me entiendo con el carnicero/a de turno. Para muestra un botón:
Carnicera: ¿Qué le pongo?
Yo: Quería media pechuga de pollo cortada en filetes finos.
Carnicera: Muy bien. ¿Cuál es el peso exacto que desea para cada filete?
Yo: (cara de poker) ¿Perdone?
Carnicera: Sí, que cuanto quiere que pese cada filete.
Yo: (ya empezamos, pienso para mis adentros) Pues no sé, da igual, que sean finos y los que salgan, en principio sólo quiero unos seis filetes (pensando que eso es lo que sale de media pechuga)
Carnicera: Ya pero ¿cuántos gramos por filete? ¿150 gramos?
Yo: (dale al bombo Jerombo) No sé, ¿150 no será mucho?
Carnicera: Hombre, 150 gramos por filete será casi el pollo entero.
Yo: Señora, es que yo le he dicho que quiero media pechuga. Usted coja media pechuga y córtela en filetes finos. Da igual si uno sale un poco más gordo que el otro.
A todo esto una cola en la carnicería y yo preguntándome qué problema tiene esa mujer y por qué se me ocurrió la genial idea de pararme en la santa carnicería.
Carnicera: pfffff (esto es un sonido de irritación de la carnicera aunque no sé quién de las dos estaba más irritada). Entonces le pongo unos 50 gramos por filete.
Yo: (esta tía es tonta) Póngame lo que sea.
Carnicera: Manolo (Hans en su versión tulipana) Córtale a esta chica el pollo.
Manolo me mira con cara de resignación, me guiña un ojo y me corta 6 filetes finos como yo los pedí por primera vez y es que Manolo me había entendido desde el principio pero le debió parecer divertida nuestra conversación de besugos.
Salgo de la carnicería con la intención de no volver a pisarla en mucho tiempo. Si ya lo digo yo, en este país mejor hacerse vegetariano.

Bonita campaña

jueves, 21 de octubre de 2010

Pannekoeken en el bosque

El domingo nos fuimos al Amsterdamse Bos y claro, de visita obligada es la granja de los pannekoeken. Pero antes de saborear tal delicatessen hay que saciar la sed ciclista del tuli y hacer un poco el tour de Amsterdam  por el bosque. A ver... yo encantada eh?, lo que pasa es que por estos lares el grajo ya ha empezado a volar bajo y una servidora embutida en su modelito de invierno consistente en: abrigo polar, bufanda doble, gorro orejero y guantes de lana... pues no tiene la grácil movilidad acostumbrada. El tuli dice que soy una exagerada, que lo que tengo que hacer es ir más deprisa en bici, pedalear a todo trapo y así ya veré yo cómo entro en calor. Yo lo que creo es que como él es nórdico ya tiene la sangre a temperatura ambiente, es decir a pocos grados y no se le congela nunca. Bueno, nos fuimos a dar esa vuelta, yo con la esperanza de ver muchas setas otoñeras... pero mi gozo en un pozo, vimos unas cuantas pero bastante feas, así que debe ser que la temporada de setas no ha llegado todavía. Finalmente y salivando llegamos a la granja de los pannekoeken que estaba a rebosar. Hay que ver lo que le gusta a un tulipán un pannekoek (bueno... a un tulipán y a cualquiera) aunque para ser sincera debo decir que a mí me llenan demasiado. Me pedí uno de manzana con nueces y canela (por cierto, el primero de la foto) y a la mitad ya estaba yo hinchada como un globo. Una amiga que se vino con nosotros se pidió uno de plátano con chocolate y dijo que después tendríamos que dar 40 vueltas al bosque para bajar el pannekoek (y el tuli encantado, claro). Todavía me acuerdo de los pannekoeken que se metieron mi padre y mi hermana entre pecho y espalda... La próxima vez os llevo al Amsterdamse Bos :)

domingo, 17 de octubre de 2010

De español a argentino

Ví esto y me acordé de tí, Andrea. Me pregunto qué opinará Arthur...

sábado, 16 de octubre de 2010

Libre

Por fin soy libre. Después de tres meses, falta de inspiración y  algunos quebraderos de cabeza puedo decir que he terminado el libro. ¿Qué libro?... estaréis pensando...¿Se ha puesta ésta a escribir sus memorias?, ¿ha contratado acaso al negro de la Quintana? ¿Se ha creido que por plantar un manzano lo que toca ahora es un libro? y, ¿qué será lo próximo...tener un hijo??. No, que no cunda el pánico, no he escrito mis memorias, es algo mucho peor... se trata de un libro de texto para la escuela de Turismo en la que trabajo. Como no hay suficiente material, una servidora se ofreció con una compañera a elaborar un nuevo método de estudio. Y me ha costado bastante, la verdad, además de alguna que otra bronca con el tuli sobre la importancia de no trabajar en fin de semana... Pero ha quedado muy bien, tengo ganas de que lo lleven a la imprenta y ver el resultado en papel. Eso sí, agotadita estoy. Menos mal que ya se acercan las "herfstvakantie" o vacaciones de otoño y tendré una semanita para reponer fuerzas, aunque claro, luego está lo de si hay que ir a Enkhuizen, hay que mirar material para la casa, que si puertas, que si picaportes, que si baldosas para el baño. Miedo me da a mi ir a Praxis, ese lugar donde todo se agota a la media hora...da igual, lo importante ahora es que soy libre y mañana para celebrarlo nos vamos al Amsterdamse Bos a buscar setas y comer pannekoeken (a mi hermana se le estarán poniendo los dientes largos ;) Bueno, espero a partir de ahora actualizar más a menudo. :)

domingo, 3 de octubre de 2010

Recapitulando

Hace lo menos 10 días que no actualizo, lo sé. La culpa es del trabajo, de quién va a ser...bueno, del trabajo, de la casa en Enkhuizen, de los quehaceres domésticos... vamos, que una llega a casa rendida y lo único que le apetece es tumbarse y que el tuli le haga un masaje en los pies, cosa que no sucede porque el tuli también está muy cansado... En fin, fuera excusas. Comenzamos con la recogida del segundo premio al jardín más bonito del barrio. En la biblioteca Pinto me planté (que verbo mas recurrente para la ocasión) y allí estaba el tuli esperándome en medio de un manglar de vecinos que nos doblaban la edad. Nos dieron un ticket para una consumición y nos dijeron que en cinco minutos empezaba la entrega de premios. En una de las paredes de la entrada estaban expuestas las fotos de todos los jardines ganadores, incluido el nuestro pero, por Dios, qué foto más fea habían hecho. Si lo llego a saber les traigo 40 mejores... estuve a punto de comprarme un libro de jardinería pero una octogenaria se me adelantó y me quedé sin el. "Cachis!", no tenía que haber subestimado su capacidad psicomotriz... Al ratito entramos en una de las salas de lectura y nos sentamos en unas sillas que habían dispuesto para la ocasión. Primero salió una señora mayor (claro) a dar un discursito, después otra y por fín el señor que daba los premios (a todo esto ya había pasado media hora) que habló de la biblioteca, de los jardines  y de que el año que viene los balcones entrarían a formar parte del concurso con lo que se generó un ambiente de júbilo y alegría desbordada entre nuestros vecinos, los amantes de las flores. A mí ya me dolía el culo de estar sentada y el tuli estaba desesperado. Llegó el momento, enseñan nuestra foto, le doy un codazo al tuli que estaba medio dormido y le digo que salga  a recoger el superpremio: 30 euros para gastar en semillas y plantas y un diploma. Después de 40 premios más nos dicen que el coro está preparado...¿coro? ¿qué coro? le digo al tuli. "Y yo qué se", me contesta aterrorizado. Aparecen 6 vecinos/as rondando los 50-60 años (alguno más joven) con adornos florales en la cabeza y se ponen a cantar a capella... rollo todo muy flander. Miro al tuli con los ojos entornados y éste me devuelve la mirada con congoja. "Tenemos que escapar de aquí como sea"-pensamos. Disimuladamente nos levantamos y caminando hacia atrás como cangrejos huimos despavoridos de la Pintohuis. "El año que viene, que vaya tu madre", le digo al tuli.