martes, 2 de diciembre de 2008

Albariño y regalos de Japón


El viernes fue una de mis últimas clases antes de Navidades en una de las escuelas donde trabajo (si, ya veis...una que es pluriempleada). Cuando terminé de dar la clase, un alumno se acercó y me dio las gracias por el curso y a continuación me regaló una botella de vino. Enseguida me puse como un tomate pero me hizo tanta ilusión que a punto estuve de darle un beso (menos mal que me contuve). Mi primer regalo como profe en Holanda. Y no una botella de vino cualquiera, no... un Albariño de las Rias Baixas, con lo que me gusta a mi el albariño. La estoy reservando para este fin de semana que vienen Arthur y Andrea a cenar y jugar* (ya os contaré lo del juego en otro post).
Además esta semana vinieron mis suegros a cenar...pobres, con lo mal que cocino. Tendría que haber comprado algo hecho pero me arriesgué...en fin, corramos un tupido velo gastronómico. Nos trajeron un montón de regalitos de Japón, ya que habían estado allí tres semanas. A mi me regalaron una especie de kimono-batín reversible ideal de la muerte, que me encanta y estoy de un calentito en casa!Aparte de glamourosa, claro... También me regalaron una toallita que usan las japonesas cuando van a un baño público porque a veces no hay para secarse las manos, una monada. Seguro que a mi cuñada Alicia le suena.
Así que ha sido una semana de regalitos, ya podían ser todas así!
PD: Koni, si quieres probarte mi kimono tendrás que venir. Chiwá

3 comentarios:

Anónimo dijo...

te queda muy bien el kimono con las botas, pero seria mejor sin los vaqueros

mamitamamen dijo...

Qué pillín!

Nuria dijo...

Querido Pau,cuando tú te pongas el judogui con tu cinturon naranja (habrás llegado hasta ahi, no?)y me hagas el movimiento de la grulla entonces hablamos... te recuerdo que el kimono es batín y que aquí hace un frío de moquillo congelado.