
Se pueden decir muchas cosas de los holandeses y me podré meter mucho con ellos pero hay una cosa que está clara: los tulipanes nos ganan en cuanto a amabilidad se refiere (olvidaos del fútbol y las patadas ninja) Hablo de la amabilidad porque sí, de la desinteresada. El ser holandés es capaz de mostrar su simpatía hasta en su día más gris. Ayer, bajo órdenes suegriles, me puse a arreglar el
jardíncillo que da a la calle. Siguiendo los consejos via email de mi suegra me enfundé mis guantes de jardinera y dispuse los aparejos que iba a necesitar: tijeras de podar, pala, rastrillo... (casi los mismos enseres que tiene mi sobrino para jugar en la playa) Comencé quitando las malas hierbas y recortando las ramas secas esperando estar haciéndolo bien para no volverla a cagar (véase tema
plof, la mancha o el reciente mosquito en la pared). Mientras estaba absorta en mis labores de poda (tuve que visionar un briconsejo en el youtube) se acercó un señor con una sonrisa de oreja a oreja, me dijo lo bonito que tenía el jardín, me dio la enhorabuena y se paró un rato a hablar conmigo. Al poco, llegó otra señora y me preguntó si me podía sacar una foto. Charló un ratito conmigo y me dijo que volvería a pasar por el jardín otro día y así unos cuántos más. Antes los hubiera llamado
Flanders, ahora me parece que son amables (me estaré convirtiendo yo también en una Flander?) La cuestión: si esto pasara en Mallorca (no me puedo imaginar a nadie haciendo un jardín en la calle pero bueno) en primer lugar nadie se pararía a decir nada porque "que
verguensssa, si yo no
l·le conosco de nada" y en segundo el que estuviera como yo haciendo el jardín pensaría: "Y ahora este que me tiene que
desir y por que me
habl·la?" No estaría nada mal que se nos pegara alguna costumbre tulipana que otra :)