Después de 10 años sin saber el uno del otro resulta que me reencuentro con mi primer amor...que es holandés y vive en Amsterdam (los astros me la tienen jurada!)Asi que tal dia como hoy,19-03-08, he decidido liarme la manta a la cabeza, dejarlo todo y desafiar a los astros...y aqui estoy, dispuesta a conquistar las tierras bajas!(fingers crossed!!!)De como una pardilla empieza su nueva vida...
Que ha llegado el mundial de fútbol está claro y en Holanda todavía más. No importa donde te escondas, siempre encontrarás una banderita naranja, el sombrerito de turno o un tipo entonando un oleoleolee. Mira que he visto gente flipada con el fútbol pero lo de Holanda lo supera todo. Si ya me lo dijo el tuli unos días antes de que empezase el mundial. Una tarde llegó a casa del trabajo y soltó de repente, muy serio: "Yo voy a ver el mundial" Y yo "Ahh, pos mu bien". Lo que yo no captaba es que se iba a tragar todos los partidos íntegros con los comentarios posteriores incluidos... Si lo llego a saber me apunto a un curso de macramé porque cada tarde a las 20:30 como empujado por una fuerza divina se aposenta en el sofá y crea un vínculo mágico con el televisor...
Y si juega la selección holandesa el país se desata y es que es motivo de parón laboral: en el trabajo se colocan pantallas para que todos juntitos puedan ver el fútbol. Incluso ayer leí en el periódico que en algunos colegios también paran las clases para ver el fútbol. Sin comentarios.
Lo mejor son los sombreritos que se inventa Heineken en cada evento futbolero (con la idea por supuesto de vender más cerveza pues te lo regalan por cada pack de ocho latas) Por lo menos al tuli no le ha dado por ahí, porque de verdad que mucha gente se lo pone y lo lleva por la calle cuando juega Holanda... Aquí os dejo colgado el último modelo Sudáfrica 2010.
Dicen que soy ilógica pero yo digo que tengo una forma especial de pensar. Caótica, hipocondríaca y tímida aunque parezca lo contrario, ah! y de humor cambiante para desgracia de uno que yo me sé. Tengo un pronto que a veces no controlo pero en el fondo soy buena gente. Me encanta el vino tinto, el queso y las bitterballen. Adoro a mi familia, en especial a mis sobrinos Alex y Héctor. Y desde hace seis años soy además exiliada y desarraigada, y todo por amor a un tulipán.