
¿Os acordáis del anuncio ese de Tampax de " hoy es uno de esos días en los que me encanta ser mujer"? Pues ayer noche tuve uno de esos días en los que me encanta ser madre... A las 22:30 nuestro pequeño lechón demanda a grito pelado su ración láctea, a las 23:30 sigue berreando porque aparentemente le matamos de hambre (ojo, bebe casi un litro diario…con 2 meses!!!) A las 00:15 le enchufamos un biberón más que nada por pena, pena de nosotros mismos, claro. Cuando parece que el lechón se conforma, empieza a ronronear y nosotros nos disponemos a dar rienda suelta a nuestras pasión, esto es, dormir más de tres horas seguidas… se oye una vocecita en el piso de abajo:
- “ mamaaaaaaaa”
-“Pssss” le digo al tuli, “calla, ignorémosla
que seguro que se duerme otra vez…”
La
voz insiste acompañada de gimoteos y lloriqueos varios:
- “papiiiiiiiiiii”
y claro, el papi va…y le canta a su princesa
la canción de la oveja, cantada solo unas 1095 veces en lo que va de año en su versión
holandesa y un poco menos en la española (yo es que canto peor…). Sube el tuli,
se acuesta. El lechón con tanto ajetreo se remueve un poco… yo cruzo fuerte los
dedos… buff, parece que reina el silencio… ¡aprovechemos! ¡Caigamos en los brazos
de Morfeo!... 5 minutos más tarde la inquilina del piso de abajo sigue dando la
murga:
-“mamiiiiiii, papiiiiii,
ike liggen cama papi mami” mix de lenguas cuya traducción os la podéis
imaginar, se quiere mudar a nuestro paraíso Flex.
-“Ni hablar”, le
digo al tuli que pone cara de claudiquemos…
Salgo de la cama
y bajo a la habitación de nuestra polluela y le digo que ni oveja ni caballo ni
foca, ni niño muerto, que a dormir, pero me pone ojos de gato con botas y me
susurra al oído: “mami, e quiero mucho” y claro, ya me tiene ganada, anda que
no sabe latín esta niña… claudico y la subo para arriba. Qué bonito, toda la
familia unida… Después de una hora dando más vueltas que un pollo al ast Sara se
queda dormida con su brazo en mi cara y sus piernas en mi barriga…son las 3:00,
hora en que el lechón abre un ojo y amenaza con dejarnos sordos si no recibe su
leche en breve…y como se queda inquieto tras ingerir su néctar, el tuli decide traérselo a la cama, venga, que como somos pocos... A las 4:00 consigo entrar en una especie de adormecimiento bucólico,
que desgraciadamente dura poco porque mi co-durmiente se despierta y me dice:
-“mami, ¿ya e de día?
-No, aún no, anda Sara, duérmete.
- “mami, teno hamme”
- Ahora iremos a desayunar
- “mami, ¿dibus?”
- Después te pongo los dibujos, cuando sea
de día, anda duerme.
- “mami, teno pipiiiiii”
Son las 6:10. Buenos días