viernes, 26 de febrero de 2010

... y se enfrenta a una huelga gabacha.

Ya en casa de mis padres inicio la búsqueda de un nuevo vuelo, a ser posible antes del lunes y que no me salga por un ojo de la cara. Afortunadamente encuentro uno para esa misma tarde-noche vía Barcelona. Ventajas: llego a Amsterdam antes de las 24:00 y además me sale económico. Inconvenientes: tengo que viajar con dos compañias diferentes, con lo que me arriesgo a perder la conexión en Barcelona si en Palma se produce algún retraso. Decido arriesgarme, total... ya de perdidos al río. A las 17:00 me vuelvo a despedir de la family. Más besos y abrazos pero ya con cachondeíto. Mi padre me lleva de nuevo al aeropuerto pero esta vez se queda conmigo para asegurarse de que no hago otra de las mías. Por fin me dan la tarjeta de embarque rumbo a Barcelona. El avión sale puntual y yo me relajo en el asiento. Una vez en Barcelona nos dejan en la terminal nueva, que es una pasada, con muchísimas tiendas, cafeterías y llena de vida. Pronto descubro que mi vuelo sale desde la otra terminal, la ya denominada por mí TLT: Terminal Lúgubre y Tétrica. Ya sabéis, pelotilla del oeste. Me dirijo al mostrador de facturación y allí comienza la pesadilla. Retraso de 3 horas y media. Nooooo. Le pido al tipo los derechos del pasajero (después de las 23 horas en Navidades, me lo sé de memoria) Me dice que no me va a servir de nada porque no es culpa de la compañía sino de los franceses. Qué narices tienen que ver los franceses si yo me voy a Holanda, pregunto. Me dice que desde hace dos días hay huelga de controladores franceses y que ningún avión de ninguna compañía puede sobrevolar el espacio aéreo francés. Que van a intentar encontrar otra ruta y que si podemos salir antes ya nos lo dirán. Me acuerdo de toda la estirpe gabacha y me voy arrastrando los pies hacia la puerta de embarque. A las 22:30 comienza el embarque, que alegría, sólo una hora de retraso -pienso yo- menuda eficiencia la de los jolandios. Cuando ya estamos todos embarcados me tengo que tragar mis palabras pues el comandante anuncia que vamos a permanecer todos juntitos durante dos horas en el avión porque no nos vuelven a dejar salir. El pasajero de delante vomita. Yo también lo hubiera hecho. Hay un intento de sublevación por parte de un grupo numeroso de adolescentes americanos, por un momento pensé que nos iban a hacer un musical tipo High School. No cayó esa breva. Llegue a mi casa a las 4:00 de la mañana despotricando contra la aviación civil internacional, las huelgas, los gabachos, las leyes, Bin Laden y todo el que se pusiera por delante. Creo que sólo por eso el taxista metió la directa y me cobró de menos. De vuelta en las tierras bajas.

4 comentarios:

Xeschaos dijo...

Freud era un sabio, nada es por hazar menos el hazar; ¿supongo?

JuanRa Diablo dijo...

Jajaja. Un musical a lo High School en el avión os hubiera hecho más amena la espera. Digo yo... :p

Por eso, esto de viajar es maravilloso, pero sólo en teoría, la práctica trae contratiempos a mogollón!!

Nuria dijo...

Déjate de Freud, la culpa es de los franceses.Y de Iberia, claro.

Me hubiera encantado ver a la doble de Paris Hilton en plena coreografía porque pulmones para cantar tenía, no veas el grito que pegó cuando el pasajero de al lado le vomitó en sus zapatos (ni que fueran unos Manolo)...de verdad, vaya viaje surrealista...

Alicia dijo...

Y yo preucopándome por "Pop", está claro que me equivoqué. Puaj a las reiteradas y cansinas huelgas del sector aéreo.