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lunes, 2 de agosto de 2010

El torpe, ¿nace o se hace?

Entre la lista innumerable de mis dones y virtudes no está precisamente la de ser muy diestra con las cosas que caen entre mis manos o la de mis movimientos gráciles que me hacen dar más de un tropezón, en otras palabras, soy torpe y mucho. Recuerdo que cuando era pequeña y llegaban las navidades o cualquier evento especial mi padre siempre decía: "A Nuria la copa de plástico". Si tengo que hacer la cuenta de cuantos vasos, platos o cualquier objeto denominado frágil habré roto a lo largo de mis 35 primaveras creo que no acabaría nunca. De hecho hace 10 minutos que me acabo de cargar un vaso de crisal... crash! - se oye en la cocina seguido de uno de mis "ups"- y el consiguiente suspiro profundo del tuli que ya se ha resignado a mi tara de nacimiento: "Tienes que ser más cuidadosa" - me dice siempre. Y yo lo soy pero la torpeza es inherente a mi persona. No sólo tengo manos de matequilla sino que además hago las cosas de la manera más complicada posible, no sé que circuito se enciende en mi hipotálamo que me lleva a elaborar enrevesadas formas de maniobrar. Hablando el otro día con una amiga que es psicóloga, le hice la siguiente pregunta:
Yo: Oye, ¿el ser humano nace torpe o se hace?
Mi amiga: Depende. Hay personas cuya motricidad no se ha desarrollado plenamente y por eso son más torpes y otras que sufren de ansiedad o estrés y eso provoca una falta de atención en lo que se hace.
(En ese momento se enciende una luz de esperanza en mi caótico hipotálamo, la de no haber nacido torpe, claro)
Yo: "Ajá"-digo imitando a mi logotulipeda- pues va a ser eso, que estoy estresada.
Mi amiga: ¿Pero tú no has dicho que ya rompías muchas cosas de pequeña?
Yo: Ya, pero es que de pequeña también estaba estresada, que te crees...nuri

viernes, 16 de julio de 2010

Un mosquito en la pared

Le hemos desgraciado la pared a mi suegra... bueno, yo no, el tuli. Resulta que había un mosquito revoloteando por la salita y le digo al tuli: "mátalo, mátalo, que nos va a dar la noche" y va el tuli y se lia a periodicazos con él. Resultado: victoria para el mosquito que finalmente se escapó por la ventana y pared de los suegros con 4 grandes manchas de tinta de periódico. Super idea ingeniosa tulipana: frotar con una bayeta húmeda las manchas de la pared. Resultado: aumento considerable de las manchas y de la irritación nocturna. Antes de que al tuli se le ocurra otra brillante idea le digo: "Déjalo, habrá que pintar" aunque yo sé perfectamente que ese "habrá que pintar" lleva nombre y apellidos. Con eso de que soy profesora y estoy de vacaciones está claro que me va a tocar a mí, qué injusticia! "No te quejes" - dice el tuli "que fuiste tú la que me dijiste que matara el mosquito" (si lo llego a saber me cuelgo el kill paff al cuello, vaya morro). Ayer me levanté temprano y me fui al Hema a buscar los enseres artísticos para el pintado de paredes. Me hice con un bote de pintura latex blanca de doble capa, un mini-rodillo de espuma y una botella de aguarrás (en realidad no sé por qué compré esto último). Al llegar a casa me dispuse a pasar el minirodillo por las manchas grisáceas de la pared. Resultado: cuatro manchas blancas relucientes y el resto de la pared descolorida... Ahhhhhrrrgf - intuyo que voy a tener que pintar la pared entera... Cuando el tuli llegó a casa se partía de la risa y yo me acordaba del mosquito, de su estirpe y del periódico del tuli. Hoy he pintado la pared entera pero está claro que esto de pintar no es tan fácil como parece. Me ha quedado estilo ronchas, algunas partes más blancas que otras. Esta claro, mañana que la repinte el tuli ;)

miércoles, 14 de abril de 2010

Chorizos ibéricos

Los retrasos de horas y horas y la consiguiente espera en el aeropuerto molesta, olvidarte el DNI en el Corte Inglés te puede sacar de quicio, huelgas inesperadas de controladores aéreos te toca las narices pero que te abran la maleta y te roben el lote de productos ibéricos... no tiene precio. Y como no, le tiene que pasar a una servidora.
En Palma facturé la maleta porque llevaba líquidos pero olvidé ponerle un candado a la cremallera. Imaginaos mi cara de poker al llegar a Amsterdam, y ya en casa abrir la maleta y ver que me han chorizado el jamón serrano, el fuet y la sobrasada que me traía en plan Paquito Martinez Soria. Eso sí, aquellos que me pedisteis dulce de leche, pan rallado o colacao... tranquilos, que no cunda el pánico, que eso no lo han considerado una delicatessen...estos son chorizos de guante blanco. Sólo espero que se les atragante el jamón y haya gusanos en la sobrasada. Nosotros que nos las prometíamos tan felices cenando esta noche con un vinito y unas tapitas...El tuli dice que tengo que llamar y reclamar...ya, ¿y a quién le digo yo que me han robado el jamón y la sobrasada? si se van a partir de la risa... De verdad, nunca NUNCA NUNCA metáis lo "made in Spain" en la maleta, hay gitanos de productos ibéricos acechando por todas partes :(

viernes, 26 de febrero de 2010

De como una pardilla pierde un avión ...

Jueves. 12.30. Me despido de mi familia. Besos, abrazos, cuídate, etc... Mi padre me lleva al aeropuerto. Me despido de él, más besos y abrazos, nos vemos pronto, y me dirijo a la terminal. Ya tengo sacadas las tarjetas de embarque con esa compañía bandera (será pirata, sin duda) pero tengo que facturar el baúl de la Piqué así que me coloco en la cola de facturación y decido sacar ya el DNI para tenerlo todo listo. No encuentro el DNI. Busco y rebusco dentro de mi bolso. Nada. Un sudor frío me recorre todo el cuerpo mientras mascullo en voz baja "mierda, mierda" una y otra vez. Momento de pánico. Vuelvo a escarbar en el bolso, abro la maleta, busco entre la ropa mientras asoma un fuet de Casa Tarradellas y las galletas Quely, mientras el de detrás me mira con cara compasiva. Saco todas las tarjetas de la cartera con la esperanza de que se haya quedado pegada con otra. Ni rastro del maldito DNI. Ahora sí me está entrando un ataquito. Me llega el turno y le cuento a la azafata el problemón (con toda la cara de pena que puedo dar). Pone cara de fastidio y me pregunta si tengo el carnet de conducir. Doy un largo suspiro de alivio(que debe oir hasta el de la aduana) pensando en lo inteligente que he sido al no olvidármelo esta vez y me doy simbólicas palmaditas en la espalda mientras saco el carnet del bolso. Salvada, pienso. Obviamente la suerte no podía estar de mi lado, claro está. Teclea algo en la pantalla y me dice: "Pero usted va hasta Amsterdam. En ese caso no podemos dejarle volar" Y seguidamente me dice que para el extranjero necesito un documento de identidad y el que carnet de conducir es, como yo tengo que comprender, para conducir. Con esa lógica aplastante (debe ser que hasta Madrid va el piloto conduciendo) suelta un "Siguiente". Y yo me quedo con mi cara de poker a un lado de la cola sin saber qué hacer. Me voy a servicio al cliente y me dicen que lo sienten mucho pero que no pueden hacer nada, que sin DNI no vuelo. Y punto. Y no sirve una denuncia de la policía. Necesito un documento original. Llamo a mi hermana, a mi padre y al tuli en estado de histeria. Me dicen que me tranquilice y piense dónde he podido perder el DNI. Visualizo todos mis movimientos de los últimos días y se me enciende una luz. El Corte Inglés. Mi padre me recoge de nuevo en el aeropuerto y me deja en los Grandes Almacenes. Allí la Srta. Puri(no es coña) me dice que sí, que está en objetos perdidos. Recojo el preciado documento y vuelvo a Ca'n Shrek, cabreada conmigo misma...qué pardilla que soy!

... y se enfrenta a una huelga gabacha.

Ya en casa de mis padres inicio la búsqueda de un nuevo vuelo, a ser posible antes del lunes y que no me salga por un ojo de la cara. Afortunadamente encuentro uno para esa misma tarde-noche vía Barcelona. Ventajas: llego a Amsterdam antes de las 24:00 y además me sale económico. Inconvenientes: tengo que viajar con dos compañias diferentes, con lo que me arriesgo a perder la conexión en Barcelona si en Palma se produce algún retraso. Decido arriesgarme, total... ya de perdidos al río. A las 17:00 me vuelvo a despedir de la family. Más besos y abrazos pero ya con cachondeíto. Mi padre me lleva de nuevo al aeropuerto pero esta vez se queda conmigo para asegurarse de que no hago otra de las mías. Por fin me dan la tarjeta de embarque rumbo a Barcelona. El avión sale puntual y yo me relajo en el asiento. Una vez en Barcelona nos dejan en la terminal nueva, que es una pasada, con muchísimas tiendas, cafeterías y llena de vida. Pronto descubro que mi vuelo sale desde la otra terminal, la ya denominada por mí TLT: Terminal Lúgubre y Tétrica. Ya sabéis, pelotilla del oeste. Me dirijo al mostrador de facturación y allí comienza la pesadilla. Retraso de 3 horas y media. Nooooo. Le pido al tipo los derechos del pasajero (después de las 23 horas en Navidades, me lo sé de memoria) Me dice que no me va a servir de nada porque no es culpa de la compañía sino de los franceses. Qué narices tienen que ver los franceses si yo me voy a Holanda, pregunto. Me dice que desde hace dos días hay huelga de controladores franceses y que ningún avión de ninguna compañía puede sobrevolar el espacio aéreo francés. Que van a intentar encontrar otra ruta y que si podemos salir antes ya nos lo dirán. Me acuerdo de toda la estirpe gabacha y me voy arrastrando los pies hacia la puerta de embarque. A las 22:30 comienza el embarque, que alegría, sólo una hora de retraso -pienso yo- menuda eficiencia la de los jolandios. Cuando ya estamos todos embarcados me tengo que tragar mis palabras pues el comandante anuncia que vamos a permanecer todos juntitos durante dos horas en el avión porque no nos vuelven a dejar salir. El pasajero de delante vomita. Yo también lo hubiera hecho. Hay un intento de sublevación por parte de un grupo numeroso de adolescentes americanos, por un momento pensé que nos iban a hacer un musical tipo High School. No cayó esa breva. Llegue a mi casa a las 4:00 de la mañana despotricando contra la aviación civil internacional, las huelgas, los gabachos, las leyes, Bin Laden y todo el que se pusiera por delante. Creo que sólo por eso el taxista metió la directa y me cobró de menos. De vuelta en las tierras bajas.

martes, 8 de diciembre de 2009

El gran salto

Lunes. 8:30 de la mañana. Con todo mi entusiasmo (es un decir) me dispongo a salir de casa rumbo al trabajo. Aún medio dormida giro el picaporte para abrir la puerta y observo que ésta no se abre. Presiono con más fuerza pero enseguida me doy cuenta de que alguien ha cerrado la puerta desde afuera. Ese alguien es por supuesto mi queridísimo tuli (quién si no) Sin darle mayor importancia procedo a insertar la llave en la cerradura para abrir la puerta pero, horrorizada, me percato de que es imposible abrir la puerta desde adentro. Estoy encerrada. Noto que me empiezo a cabrear por momentos y que mi sangre fluye de arriba a abajo que da gusto. Marco con la vena inflada el número del tuli y me despacho con él (poooobre, pensaréis) No, pobre yo, a ver cómo narices voy yo ahora al trabajo. La bombilla se me enciende y le digo al tuli que voy a saltar por la ventana con las llaves y así podré abrir desde afuera. El tuli no lo ve muy claro, parece que no se fía de mis artes de saltimbanqui. Yo le tranquilizo diciéndole que desde que hago pilates soy mucho más flexible (pfffff) y que además es un primero y no hay mucha distancia. Le cuelgo (porque no tengo mucho más tiempo que perder) y comienzo la operación "salto-mortal". Cualquier persona con lógica hubiera abierto la ventana, se hubiera colgado de ella para minimizar la distancia y posteriormente se hubiera dejado caer cual hoja de otoño. Yo no. A mi no se me ocurre otra cosa que ponerme de cuclillas en el alfeizar de la ventana y saltar como si de una rana se tratara. Ni Pinito del oro me supera. Para ser francos os diré que sí se me ocurrió la primera opción pero como empecé a ver que tenía público quise hacerlo lo más rápido posible. El impacto fue mayor de lo que me esperaba(lo de las leyes físicas no son mi fuerte) Caí cual ballenato. Cuando me incorporé noté que todo mi cuerpo temblaba y que me había arañado los dedos de las manos y me salía un poco de sangre. Por lo demás, sana y salva. El vecino de enfrente que ya estaba casi con las palomitas debió flipar. Me pareció ver que tenía una cámara de fotos, prefiero no pensarlo. Rápidamente me metí en el portal y pude abrir la puerta. Le dí el parte al tuli y me marché rauda y veloz. Ya en la bici me puse a pensar sobre lo sucedido...me podía haber partido una pierna. Me han dicho que esta semana viene el circo a Amsterdam. Me voy a pensar si dejar el currículum. Ah, el tuli ha hecho un publireportaje en plan reconstrucción de los hechos...En Flickr.

sábado, 24 de octubre de 2009

El ataque del desodorante

Bueno, como lo prometido es deuda os voy a contar la última situación surrealista a la que una servidora se ha tenido que enfrentar, con la colaboración especial del tuli, por supuesto. Os pongo en situación: miércoles pasado, 9:00 de la mañana, sola en casa, concretamente en la cama, sobando. Me despierto, me hago un café y me vuelvo a la cama, que para eso tengo vacaciones de otoño. Enciendo el ordenador y me pongo a leer el periódico. De repente escucho un ruido extraño y me doy cuenta, horrorizada, de que alguien está intentando abrir la puerta de casa. Se que el tuli no es porque está en Harderwijk. Presa del pánico, pego un salto, cojo instintivamente lo primero que tengo a mano, esto es, un bote de desodorante Sanex Vitamin E y me coloco detrás de la puerta de nuestro cuarto con el corazón en un puño. Pasan unos segundos hasta que la puerta se abre y escucho una voz desconocida que dice: "Halooo" En esos momentos mi lógica(esa gran desconocida) me lleva a pensar que un ladrón no saluda cuando entra a robar y tímidamente asomo mi matojo de pelos de recién salida de la cama por detrás de la puerta, y para mi sorpresa veo a nuestro agente inmobiliario (el incompetente, a partir de ahora), seguido de dos hombres. Yo no sé quién está más asustado, si yo o ellos al verme con mi pijama, mis pelos y el bote de desodorante aún en la mano. Recuperada ya e intentando dejar el desodorante disimuladamente en algún lado, me cuenta el incompetente que ha venido con dos obreros a medir el apartamento para su posterior reforma y que ahora además van a venir los nuevos propietarios. Hala, venga, éramos pocos y parió la abuela. Mi sangre comienza a revolucionarse y super cabreada le digo que NO, que qué es esto de aparecer así, abrir la puerta de MI casa e invadir MI intimidad. Ni os digo cómo estaba la casa, parecía el campamento de la Paca y ahora que lo pienso tuve hasta suerte, podría haber estado en la ducha o en pelotilla brava. Los tres me miran como si yo estuviera loca y el agente me dice que había quedado así con mi marido. Mi marido. #!!x*^!! Furibunda y acordándome de la estirpe de los tulis llamo al que se denomina mi marido que felizmente me responde al teléfono. Pues resulta que MI marido se había olvidado de chequear sus emails (que novedad) y con ello de la cita matutina de la que yo estaba siendo víctima. Así que sin comerlo ni beberlo tuve que presenciar en pijama cómo seis desconocidos husmeaban por toda la casa. Eso sí, al tuli no le hablé en todo el día.

jueves, 8 de octubre de 2009

La ley de Murphy y la muerte de un poncho

Llevo unos días observando la ley de Murphy. En cuanto salgo de casa empieza a llover y cuando llego a mi destino, la lluvia para como por arte de magia. Por eso ayer, la ley de Murphy pudo conmigo y asistí a la muerte de un poncho. Supongo que os acordáis de mi poncho para la lluvia, ese tan estético a la par que práctico. Si os falla la memoria, clicad aquí. Cuando salí de casa para dirigirme a mi nuevo curso de conversación, comenzó a llover fuerte. Yo acababa de subirme en la bici y en ese momento recordé que la última vez que ví al poncho estaba en una de las alforjas de mi bici, que más que alforja parece el bolso de Mary Poppins. Aliviada me apresuré a por él, pero cuando me lo fui a poner me percaté de que, aparte de que necesitaba un buen planchado, había dos o tres agujeros antes inexistentes (no sabía que las polillas también vivían en las alforjas) De todas formas me lo puse, mejor eso que llegar hecha una sopa, pensé. Craso error. Con el viento que había se levantó el faldón y durante unos segundos conduje a ciegas, con lo que todo el agua que el faldón había recogido me cayó encima cual cubo de agua. Estaba tan cabreada que me bajé de la bici en medio de la calle, hice un burruño con el poncho y lo tiré en la primera papelera que encontré. 3 minutos antes de llegar al curso, dejó de llover y yo y mi reguero de agua entramos en clase. Ahora que mi poncho (ese que me he puesto dos veces) ha muerto... mi próximo objetivo es hacerme con unos pantalones-chubasquero. Hoy mismo me voy al Hema a comprarlos.

lunes, 22 de junio de 2009

Los peligros químicos

Hoy he ido a Praxis... y adivinad que...no he encontrado lo que quería! Se había agotado, qué raro... Es en ese momento, en el que miro el estante vacío cuando una reflexión filosófica se apodera de mi y me pregunto por qué sigo yendo a Praxis, en fin, será que soy optimista...o masoca.
Os estaréis preguntando que tendrá que ver Praxis con la decoloración capilar con la que ilustro esta entrada. Pues todo está interrelacionado, de nuevo la realidad supera a la ficción. Hace un par de meses decidí darme unos reflejos (es que queda mejor decir reflejos que teñirse las canas). Me fui al Etos, cadena holandesa en la que puedes encontrar todo tipo de productos relacionados con el cuidado facial, corporal, capilar...todo menos cera depilatoria, claro. Me pongo a mirar los tintes y elijo uno, el menos corrosivo, de esos sin amoniaco. Me voy a casa y procedo a echarme el potingue. Para tal menester tengo que ponerme unos guantes de plástico y una toalla alrededor del cuello. A mitad de la "operación reflejo", se me cae la toalla, los brazos están salpicados de manchas negras y oh, oh... acabo de salpicar la puerta del baño con el producto. Me dispongo a limpiar la puerta y para mi sorpresa veo que las manchas se han adherido cual tatuaje permanente. No salen ni con lejía. Y menos mal que me había decantado por el tinte más suave, si llego a elegir el más fuerte a lo mejor ahora tenemos un agujero en la puerta... Cuando el tuli descubrió las manchitas, me dijo que lo tenía que arreglar y que tenía que pintar la puerta otra vez... ahora entendéis el por qué de Praxis. Por supuesto se ha agotado el color de la pintura de nuestra puerta, debe ser que todos los holandeses pintan las puertas del mismo color, si no, no me lo explico...
Conclusión: teñirse es (aparte de peligroso) un coñazo pero ir a Praxis es más coñazo aún...

martes, 24 de marzo de 2009

Pardilla


Con esta cara me he quedado esta mañana cuando he ido a buscar las llaves para coger la bici. De repente me percato de lo siguiente. Mierda! Me falta media llave del candado de la bici, y no es un candado cualquiera, es EL CANDADO, ese de grosor extra y que me ha costado una pasta. Me pongo a buscar por toda la casa para ver si por un casual, encuentro la otra mitad...cuando de repente me sobreviene la duda y la certera sospecha (llamadme intuitiva) de que la maldita mitad se ha quedado dentro del candado...Arrrrgghhh, bajo corriendo las escaleras en dirección a mi omafiets, que está atada a la farola. Efectivamente. No puedo meter la otra llave de repuesto, cagüen... Me da por ponerme a pensar a lo Mac Gyver y concibo un plan brillante. Se me ocurre pegar las dos partes con superglue! Es un plan tan brillante como inútil, porque no da ningún resultado y lo único que se pegan son mis dedos...Además observo que tengo público, lo que faltaba. Llamo al tuli. El tuli me dice que voy a tener que llamar a los de la AFAC (Asociación Central de bicis de Amsterdam), que son los que pueden venir a cortar el candado en plan Viernes 13 con una motosierra mecánica... Mi gozo en un pozo, tendré que esperar semanas!! Que horror, voy a tener que ir en transporte público... Me voy a la parada de tranvía, espero y espero hasta que le da la gana al tranvía de llegar, abarrotado... me hago un hueco entre el olor a humanidad, empiezo a echar una barbaridad de menos mi bici. Odio el transporte público. Que pringada soy...

martes, 27 de enero de 2009

Tonta

El hombre es el único animal capaz de... (termina la frase)
Estaba yo ayer cocinando (o algo similar), esta vez "Pittige kippensoep met zoete aardappelen en kokosmelk" es decir, una sopa picante de pollo con boniatos y leche de coco. Últimamente me ha dado por las sopas. Como su propio nombre indica llevaba la sopa ingredientes picantes: chiles rojos. Cuando los estaba pelando y quitándoles las semillas (algo aprendí después de Madame Jeanette, lo justo...) me empezó a picar la nariz y yo tan..."gili..." voy y me rasco ligeramente a los lados. Se me empezó a poner la nariz como un tomate, el picor era cada vez mayor y parecía que se me iba a desintegrar la nariz en segundos, que sensación más desagradable...al final opté por llenar un vaso de agua y meter la nariz dentro, que imagen! Eso es lo que debió pensar el vecino pues cuando levanté la nariz del vaso vi que el vecino de enfrente me estaba mirando con cara de "a ver que hace esta chica ahora...". La próxima vez seguro que se agencia una silla y palomitas. En fin, que ya es la segunda vez que me pasa. Por lo menos la sopa me salió riquísima!!!

martes, 20 de enero de 2009

Pasada por agua

Desde que las temperaturas han subido, el clima en Holanda es una mierda. Os voy a presentar a mi poncho, lo estrené ayer. No le he puesto nombre porque creo que se va a ir directamente a la basura. Ayer fue un día de esos de quedarse en casa, aunque por supuesto NO si vives en Holanda (entonces estarías casi cada día metido en casa). No hacía más que llover y llover y se acercaba la hora de ir a coger la bici para irme a trabajar. Como tardo media hora en ir y previendo las lluvias torrenciales del invierno en Holanda (llamadme intuitiva), me compré hace un tiempo un poncho para la bici. Bien, ayer llegó la hora de utilizarlo...
Ya antes de salir de casa me inserto el poncho y salgo esperando no encontrarme a ningún vecino. Mientras le quito el candado a la bici ya me estoy mojando a través del poncho y pienso "vaya poncho de mierda, me tendría que haber comprado el caro"... Me subo a la bici y me coloco. Esto es importante porque de ello depende el buen funcionamiento del poncho, supuestamente así (lo siento, no he encontrado otra foto mejor en internet). Para más inri hace mucho viento. Comienzo a rodar y se me levanta el poncho que me tapa la cara, tengo que parar bruscamente, no vaya a ser que me trague la farola...menudo circo estoy montando. Me recoloco y pedaleo. Durante todo el camino sólo conseguí mojarme más y más con el puñetero poncho, que además de resultar ineficaz es realmente antiestético... Por si fuera poco, un autobús que pasaba por allí se encargó de salpicar de agua a todo el que se encontraba cerca de la acera (osea a mí sola porque el resto de ciclistas ya se había apartado previamente). Llegué al trabajo recien duchada y me tuvieron que dejar una toalla.
Conclusión: No te compres nunca un poncho, disfruta de la lluvia.

miércoles, 7 de enero de 2009

El control de seguridad

1 de Enero. Vuelo Mallorca-Amsterdam via Zurich( si, la de cosas raras que hay que hacer...). Me deja mi hermano en el aeropuerto de Palma cargada como una mula. Facturo una maleta y me quedo con una mochila que pesa un quintal, el portátil, que también pesa lo suyo y una bolsa con las cosas que no me han cabido en la mochila, vamos... a lo Alfredo Landa
Me dirijo (con el cuerpo semi-inclinado) hacial el control de seguridad. Afortunadamente todo está muy tranquilo (ya...quién por Dios vuela un 1 de enero...) y lo paso sin problemas. Una vez en el avión, me relajo y me quedo frita hasta llegar a Zurich. Una vez en Zurich, me dirijo de nuevo a la terminal donde me percato de que tengo que pasar otra vez por el control de seguridad, esta vez suizo. Me preguntó por qué narices tengo que pasar dos veces por un control pero no hay nadie que me responda, sólo mi propio eco... con la espalda y el brazo hechos polvo me coloco en la cola del control-scanner. Aquí si hay gente. Cuando me toca el turno, me dicen que me quite el cinturón y después las botas...paso el control y cuando voy a recoger mi mochila me para una tia con cara de lechuguina suiza y me dice que abra la mochila, que dentro hay objetos sospechosos...a mi me dan ganas de decirle que para sospechosa la cara de ella pero me callo y con un suspiro de resignación (eso sí, dejo que se oiga) abro mi mochila y saco el "peazo" queso curado de mahón de casi 4 kilos que me ha dado mi hermana para mis suegros y que huele a.... pues a queso. En esos momentos me siento un poco Paco Martinez Soria... Ella me dice: "Ya lo saco yo" (ya ves, ni que le fuera a dar con el queso en la cabeza, aunque ganas no me faltan...). Y yo le digo: "Cheese" y ella: "Ya lo se, yo he estado en Mallorca". Creo que se ofende porque intuye que yo pienso que ella es idiota, en realidad lo es porque a continuación saca mi bote de cera quita-pelos del mercadona y me dice: "ya...y esto, ¿qué es?" Yo le digo que es para depilarse y ella me mira como si yo fuera una friki-sospechosa. A todo esto se está formando una cola de órdago y todo el mundo mirando mi cera quita-pelos que ya intuyo yo que se va a quedar en territorio suizo... porque esta vez se me ocurrió comprar cera en gel. Como ya estoy harta le digo que se la quede, yo lo que quiero es largarme ya de allí pero ella no contenta no para hasta haber sacado las quelis, el paté y el fuet de casa Tarradellas, ah... y también unos paquetes de especias para paella "Carmencita", que ella mira como si de ántrax se tratara...
Al final me deja ir con todo menos con la cera.
No se que pensar. Por qué en el aeropuerto de Palma me dejaron pasar? Mi reflexión profunda me ha llevado a la siguiente conclusión: quelis+queso+fuet+ceraquitapelos en control mallorquín = persona normal que se va lejos de su hogar. Quelis+queso+fuet+ceraquitapelos en control suizo = sospechosa en potencia en posesión de posibles artefactos explosivos escondidos en productos de dudosa procedencia... es igual, la cuestión es que me he quedado sin cera, y ahora...cómo me quito yo los pelos en la planície?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cuestión de lógica

Según una de las definiciones de la RAE, la lógica es la disposición natural para discurrir con acierto sin el auxilio de la ciencia... Pues bien, yo tengo ciertos problemitas con eso. Y menos mal que dice sin el auxilio de la ciencia porque llega a ser con ella y entonces sí que estamos apañados. Digo esto porque el otro día me mosqueé con el tuli cuando fui a candar la bici. Como las pusimos juntas yo quería candarlas lo mas seguras posibles, es decir pasando el candado por la barra y las ruedas pero no sé cómo lo hice que elegí la manera más rara para hacer una cosa de lo más sencilla. Se me cayó el candado al suelo, casi tiro las bicis (que hubieran hecho el efecto dominó con las de al lado...) y todo bajo la atenta mirada del tuli que se esforzaba por 1) no descojonarse y 2) no perder los nervios... Me dice "deja, ya lo hago yo" pero yo que por mis santos... cando la bici. Al final lo hice, no de la manera más lógica pero sí de lo más creativo (parecía un Picasso eso). Cuando termino de hacer mi creación con el candado sé que a continuación va a venir una disertación del tuli sobre las estrategias y técnicas del "candaje" y me dispongo a apretar el paso para ahorrármela pero no tengo suerte y empieza: "Cada persona tiene su lógica pero dentro de cada lógica está la más lógica" y yo pienso: "Ay Dios, otra vez con la lógica no" pero le digo: "Yo es que lo que uso es la lógica creativa, la artística y colorista...vamos, la de diseño". Aunque sé que tiene razón no me da la gana dársela, es verdad, yo no soy una persona muy lógica (por eso elegí letras y no ciencias); siempre me complico la existencia para resolver "enigmas" de solución fácil...pero no me preocupo demasiado. Hay cosas más ilógicas en la vida como por ejemplo que mi cuñado encuentre atractiva a Pamela Andersson.

lunes, 28 de julio de 2008

Plof!...la mancha

Este fin de semana lo hemos pasado en casa de mis suegros y sin ellos! (que es lo que mola :) Mis suegros se fueron al pueblo y viéndome sumida en la desesperación polaca se apiadaron de nosotros y nos cedieron su casa (pobres...no sabían lo que estaban haciendo) así que como ahora somos nómadas y aprovechamos cualquier ocasión que se nos presenta para "huir" de nuestro campamento base...cogimos nuestro petate y nos asentamos en la tuli-family-house. La verdad es que mis suegros se lo montan muy bien, tienen un apartamento en el centro de Amsterdam justo mirando al canal, una monada. Además cuidan mucho los detalles y todo está impecable. Todo hacia presagiar que iba a ser un fin de semana fabuloso y lo fue...hasta ayer por la noche. Estaba yo en plan honorata haciendo un crucigrama en la cama mientras el tuli intentaba buscar una página web para ver pelis en el portátil y me empieza a decir que la página no existe, que si tal que si pascual, le digo que traiga aquí el portatil que tampoco es tan difícil. Cuando encuentro la página me dispongo a continuar haciendo el crucigrama cuando de repente me quedo sin aliento al ver mi boli punta fina encima del edredón emanando tinta y dejando tres manchurrones... Comienzo a panicar. El tuli me mira con los ojos en blanco y me dice que haga algo y yo en plan: Qué hago, qué hago, qué hagoooo??? Cualquier persona normal hubiera mirado en internet una solución para las manchas de tinta o hubiera llamado a su madre, que ellas lo saben todo...Yo no. Yo me voy con la sábana a cuestas, la meto debajo del grifo, le pongo un buen chorro de fairy y empiezo a rascar con un cepillo para las uñas (os recuerdo que estaba en shock)...Conclusión: No he agujereado la sábana de milagro y las manchas siguen ahí...difuminadas pero latentes. Así que esta mañana me he recorrido medio Amsterdam para encontrar una sábana cubre edredón que se ajuste a los parámetros y características de la malograda. Al final he comprado una parecida en Ikea...así que esta tarde se la llevaré a mis suegros. A ver qué me dicen... Por cierto, ya de vuelta al infierno y tal... ahora mismo uno de los polacos está secando las baldosas del baño con mi secador, debe ser una técnica eslava.

lunes, 7 de abril de 2008

El súper


Los súpers holandeses son súpers de barrio, es decir, no existen los macro supermercados tipo "Currufú" o Alcampo, no...pa qué, aquí encuentras de todo aunque el super tenga 5 m cuadrados. En Holanda hay dos supermercados principales,uno se llama Albert Heijn, supongo que en honor a un tipo llamado así y el otro Dirk Van de Broek en honor, supongo también, al amigo Dirk. Bien, pues hoy he hecho el ridículo en este último (tenía que llegar el día, ya tardaba). Resulta que esta mañana me fui a mi amigo el pescadero, que me cae muy bien aunque a veces es un poco borde...(bueno, borde no, holandés) y le compré dorada. Hace un rato en casa me dí cuenta de que no había comprado ni perejil, ni ajo ni na de guarnición y hala, al "chúper" con la bici. Llego y empiezo a comprar gilipolleces varias (aparte de la comida) como por ejemplo unas gafas naranjas y una boa de plumas también naranja, claro (para el día de la reina, no porque sea una hortera...) Me paro en el pasillo de los vinos y empiezo a mirar a ver si hay algo que no sea Don Simón y se pueda beber y de repente oigo una voz detrás de mi que me dice "Este vino está bueno" en jolandio, claro y me giro y veo a un señor que me empieza a contar un rollo sobre el vino blanco y yo : "Ya gracias, pero estoy buscando un tinto" y el tio, super enrrollado me cuenta donde ir a comprar los mejores vinos, y tal...y yo que tengo prisa... Bueno, me deshago de él y me dirijo hacia la caja y empiezo a colocar todo en la cinta y llega el turno de pagar...y me percarto que me he dejado uno de los dos monederos que llevo (el de los billetes, vaya por Dios) y abro el de las monedas rezando: "Por favor, que tenga dinero suficiente, aunque sea en calderilla!" Pues no...no tengo, me faltan dos euros... y se empieza a formar una cola enorme en mi caja y el que va detrás de mi es justo el señor de los vinos, que ya no tiene ganas de ser simpático, no... tiene ganas de romperme una botella en la cabeza... y le digo a la chica de la caja que me quite dos productos (por supuesto que no sean ni las gafas ni la boa de plumas...no) y aqui llega cuando la tía no sabe quitar dos productos y llama por teléfono a alguien y la gente me mira con cara de odio. Al final llega una que sabe restar y me dice : "Son 18.90 euros" y yo con toda mi calderilla y la gente acordándose de toda mi estirpe... Aquí no acaba la cosa, meto las cosas en la bolsa y me voy hacia la puerta pero antes de que pueda salir me para otro señor y me dice algo que no entiendo. Le pido que me lo repita por favor (y yo pensando, "Joooooeee, me va a echar la bronca por lo de la cola en la caja") y me dice alto y claro que el me puede pagar los productos que no me he podido llevar (vamos, que se está enterando todo el chúper de barrio, MI BARRIO!! que ya me deben conocer...) como si fuera una pobre homeless...Le digo que no, que muchas gracias y me largo como alma que lleva el diablo...pero eso sí, con mis gafas y mi boa naranja...

martes, 1 de abril de 2008

Madame Jeanette

Ayer se me ocurrió hacer un plato exótico para cenar (a veces no se por que se me tienen que ocurrir esas cosas...) El plato se llama Botervis met mangosaus que en cristiano viene a ser "Pescado de mantequilla con salsa de mango"... mmmm suena rico eh?? Pues ya veréis!! Se lo había visto hacer a un tipo en la tele en un programa holandés que se llama "The Taste of Live"
En primer lugar necesitaba ir a por los ingredientes... Primero me voy a la pescadería y le digo al pescadero que quiero"Botervis, alstublieft (por favor, sí...lo se, es complicado este idioma). Me mira y me dice que no tiene y que además ese pescado es una mierda, eso si, todo con una sonrisa :) "Vale...y ahora que hago?", pienso yo..."Bueno , pues me arriesgo y me llevo otro que me guste la pinta (no tengo ni p... idea de peces, por si albergábais alguna duda). Al final me acabo llevando lo que me aconseja el pescadero: baars (tuve que mirar en el diccionario: percas). Me queda el mango, el taugé (brotes de soja) y unos pimientos llamados Madame Jeanette, que le dan el "toque maestro"... Llego a casa y me pongo manos a la obra. Lo primero es fijarme como el pavo de la tele hace la salsa...fácil, me dedico a copiar paso por paso todos sus movimientos (hasta cuento los segundos que deja caer el vino blanco en la batidora)... Listo! ya tengo la salsa...entonces como cualquier buen cocinero que se precie tengo que probarla por si me falta un poco de sal, pimienta, ... cojo una cucharita, la lleno y me la meto en la boca...Al cabo de dos segundos yo ya no sabía si seguía teniendo boca...Dios!. Me empieza a picar todo de una forma brutal, siento que echo humo y me empiezo a poner nerviosa...bebo litros de agua y el picante se extiende a mi nariz, me la restriego y aún lo pongo peor porque se va a los ojos... A esas alturas, estoy tan torpe que se me cae la salsa al suelo y yo no veo un pimiento (nunca mejor dicho)... decido meter la cabeza bajo la ducha (era un espectáculo digno de ver) pensando que si esto va a más voy a tener que llamar al tuli para que me lleve al hospital...Al final, pasado bastante tiempo empieza a bajar el escozor y llega Job y se parte el culo...y me dice que esos pimientos son los más picantes que hay (de hecho he visto en internet que hay una salsa que se hace con ellos que se llama salsa del infierno...pero quien coj...era la tal Madame Jeanette esa??)...jope, pues que avise el pavo del programa (se ve que avisó pero yo no lo entendí). Así que al final acabé haciendo perca a la plancha y gracias. De todas formas, no renuncio a convertirme en la futura Arguiñana de Holanda...