martes, 19 de agosto de 2008
Friesland
Este fin de semana lo hemos pasado en Friesland. Para todos aquellos que os preguntéis qué es eso y donde se halla os diré que es una de las doce provincias que tiene Holanda y está situada al norte, cerca de Groningen y Drenthe y su capital es Leeuwarden...vaya nombrecitos, eh?. En Friesland hablan frisón (por si no nos bastaba con el jolandio) y tienen una bandera muy primorosa...dejémoslo ahí. Los frisios (frisones?) son gente bastante amable, en realidad son mucho más amables que en Amsterdam, sonríen más y te tratan mucho mejor. Primero estuvimos en Roodkerk y después subimos hacia Dokkum porque por allí cerca estaba el pueblo (cuyo nombre soy incapaz de recordar...ininteligible) donde pernoctábamos. Sólo recuerdo el nombre del hotel si se le puede llamar eso porque era muy raro. Llegamos a De witte klok, supuestamente el hotel y vamos a lo que pensamos es la recepción. Una señora muy amable nos dice que tenemos que cruzar la calle para ir a casa de otra señora a recoger la llave de nuestra habitación. El tuli y yo nos miramos con cara de póker pero cruzamos y llamamos a la puerta de una casa. Sale una señora mayor que nos mira con cara sorprendida de "que quereis?" y al poco nos da una llave y casi sin mediar palabra nos cierra la puerta en las narices (esta no era de Friesland seguro). Vamos a lo que pensamos puede ser nuestra habitación subiendo unas escaleras que encontramos en la calle y al fin la encontramos. Una habitación bastante grande, luminosa y bonita. Yo estoy encantada a pesar del secretismo para encontrarla, encantada hasta que al día siguiente a las 7 de la mañana me despiertan unas campanas que anuncian a bombo y platillo que hay que ir a ...misa? 15 minutos sonando las campanitas de los maitines (por no decir de otro lado) Somnolienta le digo al tuli que se vaya al campanario y mate al tipo que las está haciendo sonar. Me dice el tuli que la campana está al lado de nuestro cuarto y que por qué creo que el "hotel" se llama De witte klok (La campana blanca)...Ahora entiendo por qué la señora se ha ido a vivir al otro lado de la calle, es que tenemos el campanario justo encima! Así que nos levantamos muy pronto y vamos en busca de un desayuno... ahhh pero es domingo y está todo cerrado, al menos hasta las 12. Cogemos el coche y nos vamos del pueblo sin nombre hacia la zona de los lagos. Tenemos suerte, el clima es fantástico (cosa rara). En el camino nos paramos en una especie de marisma con un paisaje espectacular y me fijo que hay tres hombres con sus sillas apalancados con una especie de catalejos . Le pregunto al tuli y me dice con voz de ultratumba "ssshhhhh, estan observando a los pájaros"...Se me había olvidado lo de la pasión ornitológica... Seguimos nuestro camino pasando por paisajes bucólicos y pastoriles llenos de vacas y ovejas y verde, mucho verde. La verdad es que te dan ganas de comprarte una granja, hacerte granjera y quedarte allí para siempre. Al final llegamos a Heeg, un pueblo muy bonito donde hay muchos barcos. Nos tomamos un merecido desayuno en un café idílico y observo desde la terraza cómo se cobra el peaje cuando levantan los puentes para dejar pasar a los barcos... con un zueco! Acabamos nuestro viaje pasando por Swifterbant, ciudad en la que nació el tuli, ya en la provincia de Flevoland y de ahí a Amsterdam que nos espera con la lluvia de bienvenida.
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