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domingo, 25 de abril de 2010

En ruta

Llevamos dos fines de semana en ruta, por fín podemos sacar las bicis para otra cosa que no sea ir a currar bajo la lluvia o nieve :) La semana pasada hicimos una excursión por el dique que lleva a Marken y aunque esa ruta ya la teníamos repe, nos lo pasamos genial, aunque el tuli es a veces un poco fitipladi y parece que le hubieran pegado el culo al asiento de la bici... no se baja de ella ni para hacer una foto. El otro día sin ir más lejos llegó a casa empapado en sudor y cuando le pregunté si es que se estaba entrenando para ganar el tour, va y me dice que es que había un tipo que le había adelantado con una bici de ciclista y que el eso no lo podía consentir y que había conseguido adelantarlo y dejarlo atrás (y lo decía todo orgulloso, eh?) y tan feliz... En fin, tras este inciso, sigo con lo de las excursiones. Ayer sábado decidimos coger las bicis, subirlas al tren y hacer una ruta por el Utrechtse Heuvelrug, que es un municipio en la provincia de Utrecht. En realidad es todo un parque nacional donde hay unos pueblecitos preciosos. La verdad es que la excursión fue bastante completa, con bosque, dunas y más tarde agua, de esas que les hubiera encantado a mis hermanos o a mi cuñada Alicia (prometo repetirla cuando vengáis). Acabamos el día en Tiel, que tampoco mata mucho y desde allí volvimos en tren a Amsterdam. En el tren el tuli me decía que deberíamos comprarnos unas bicis de ciclistas porque así iríamos super rápidos....anda ya, le digo: yo paso de ir de profesional con esos maillots pegados, el casco, las gafas y el culot ese que parece más ortopédico que otra cosa... ni hablar, yo me quedo con mi omafiets :)

martes, 29 de septiembre de 2009

Leiden

El domingo pasado fue el último día de sol, eso dijeron por la tele. Psicosis colectiva y éxodo masivo hacia el exterior para disfrutar de los últimos rayos de sol, antes de entrar en el oscuro mundo del invierno y convertirnos nuevamente en translúcidos gólumes. De verdad, cada vez que escucho aquí eso de :"Hoy es el último día de sol" y veo a las manadas jolandias abarrotarse en el parque y las terrazas, me da por pensar en el fin del mundo... Y nada, que para no ser menos, decidimos unirnos a la histeria colectiva y nos fuimos a Leiden. La idea era hacer una ruta por las diferentes granjas de la zona, granjas que se suponía iban a estar abiertas para ofrecer sus productos y poder catarlos, claro. Pero justo en domingo estaban cerradas... una lástima (más que nada por lo de catar) pero de todas formas nos los pasamos de lo lindo. La verdad es que hizo un día fantástico, hicimos una vuelta de unos 35-40 kilómetros por la campiña tulipana. Yo me iba parando para hacer fotos de vez en cuando aunque según el tuli deberíamos definir lo de "de vez en cuando". Claro, es que ya os he contado que la bici es una alargación del tuli... eso de bajarse y volverse a subir no va con él. Y luego está lo de la velocidad, que si soy muy lenta, que si "vamos amor!", que si le duele el cuello por girarse para ver dónde estoy (digo yo que no es necesario ganar el Tour de France) En fin, como diría mi amigo Arthur: "Esto es el matrimonio" :) Bueno, a lo que iba, que cada vez me gusta más el campo, sobretodo cuando una ve esas granjas que quitan el hipo... sí, soñar es gratis. Acabamos la ruta en la histórica ciudad de Leiden que, por cierto, me encantó. Es como Ámsterdam pero en pequeño y con mucha, mucha vida. Habrá que buscar casa por aquí también. He colgado más fotos en Flickr. Y aquí os dejo un video de una misión imposible que nos encontramos por el camino.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Texel

Ayer nos dio por ahí y nos fuimos a Texel, (Teksel en frisón, pronunciado 'Tessel' en holandés) la isla frisia más grande, al norte de Holanda. Es una pequeña isla de unos 20 km de largo y 8 km de ancho, ideal para recorrérsela en bici. Pues allá que nos plantamos los tulis. Nos despertamos temprano, en nuestra linea "honorata", metimos las bicis en el tren dirección a Den Helder y una vez allí cogimos el barco rumbo a la isla. Tardamos en total unas 2 horas en llegar desde Amsterdam. Nada más pisar tierra, a mi me entró un hambre canina y decidimos ir al pueblo de Den Hoorn a comer, pese a las quejas del tuli, que quería iniciar la ruta inmediatamente. De verdad, cómo son estos holandeses, nacieron con la bici pegada al culo... Pero yo, sin reservas calóricas me niego a pedalear kms y kms... Al final me salí con la mía y comimos, a las 12:30, lo normal por estas tierras: sopa de calabaza y un bocadillo "sano": espinacas con pimiento rojo, tomates y pipas de girasol aderezado con pesto. Estaba riquísimo.Yo me hubiera quedado un rato más porque los postres prometían pero el tuli ya se estaba impacientando. Así que nos subimos a las bicis e iniciamos la ruta hacia las dunas. Espectacular. Además es que casi no había un alma, para nuestro regocijo. Dunas interminables, bosques de pinos y playas larguísimas. En la gloria. Nos paramos, bueno, me paré yo porque al tuli no hay quien le baje de la bici, a recoger moras silvestres (uy, esto ha quedado muy flander) y finalmente acabamos la excursión en Den Burg, el pueblo más grande de la isla. Allí estaban concentrados todos los guiris, así que nos dimos una vuelta rápida y volvimos al ferry, donde a una niña casi se la comen las gaviotas. Y para muestra, un vídeo:

viernes, 11 de septiembre de 2009

El veranillo de San Martín

¿...o es el de San Miguel? No sé, el caso es que ha llegado también a la planicie. Increíble pero cierto. Justo cuando yo ya había guardado todas las camisetas de tirantes y vestidos (que me habré puesto aquí en Holanda tres veces contadas, dicho sea de paso) Da igual, alegría pa'l cuerpo y recarga de vitamina D, que aquí nos hace falta. Aprovechando el buen tiempo y dado que el tuli y yo queremos mudarnos cuanto antes y lo más lejos posible de los Tokkies, decidimos ir hace un par de días a ver unas casas en Assendelft. Assendelft es un pueblo que está al noroeste de Amsterdam, en realidad el pueblo en sí mismo es una calle larguísima (de unos 7 km) y con un paisaje de polderes muy chulo: se observa a la perfección que el suelo está más alto y más seco que en el resto de la zona. Pero para de contar. Ni un bar abierto y cuatro gatos por LA calle... Decidimos ir hasta Assendelft en bici porque, según el tuli, estaba cerca y así podríamos ver lo que tardábamos desde Amsterdam al pueblo, en caso de que decidieramos mudarnos a esa zona. Lo de cerca es relativo y más si viene del tuli. 18 kilómetros de ida y 18 de vuelta que nos metimos entre pecho y espalda, eso sin contar el desvío que hicimos de unos 4 km porque el tuli "se despistó"(ahora se le llama así a perderse...) Si tienes el viento a tu favor, es un paseo pero como tengas el viento de cara, ya puede hacer buen tiempo, que te acuerdas de la estirpe de San Miguel, San Martin o San Tulipan... Adivinad. Pue sí, viento de cara, que listos sois... Yo ya me estaba imaginando haciendo el equivalente camino de Santiago en bici en invierno con su lluvia, su frío, su nieve... Eso y que el pueblo no es la alegría de la huerta, que digamos, fueron determinantes para descartarlo como posible futura residencia... La semana que viene toca Alkmaar. Tengo buenas vibraciones!

viernes, 5 de junio de 2009

Cuestión de clima

Que el clima en Holanda es caprichoso no es ninguna novedad. Yo siempre digo que el clima aquí es bipolar: en esta época por ejemplo, tan pronto te asas de calor como te mueres de frío. El clima holandés juega con nuestros sentimientos (de ahí que nuestros estados de ánimo vayan a veces de mal en peor...). Siempre vas en plan cebolla, quitándote y poniéndote capas, así no hay forma de ponerse mona...pero aún así sigo pensando que tiene su encanto. Si tengo que definir el clima de la última semana puedo comenzar hablando de una pedazo tormenta con unos truenos y relámpagos como no había visto en mi vida. Y todo porque el día anterior había hecho un bochorno monumental. El cielo se oscureció, salí de trabajar y me puse a pedalear como una loca con la esperanza de llegar a tiempo a casa, pero no...con mi habitual suerte llegué a casa recién duchada (y el poncho antiestético colgado en el armario). El tuli me recibió en la puerta con una toalla. Hasta las 5 de la manana estuvimos escuchando el estruendo. Tengo que reconocer que fue todo un espectáculo visual. Los días posteriores a la tormenta fueron la alegría de la huerta, un jolgorio, vamos, un calorcito, esos 20-22 graditos, la gente en el parque vuelta y vuelta, los barcos desparramados por los canales, la alegría contagiosa, esa exaltación de la amistad... Nosotros aprovechamos para coger la bici (ya...cuando no) y hacer una ruta con la tulipandi (osea con los guiris o los autóctonos, según se mire). Acabamos llegando a un pueblo del que no podíamos salir si no era a través de una balsa. Allí subimos las bicis y el balsero nos llevó al otro lado. Todo al más puro estilo Verano Azul... y en el otro lado, venga a sortear canales con la bici por medio de un sistema cuando menos singular... Os voy a dejar un video para que os hagáis una idea de cómo cruzar canales en medio del campo. A mi me encantó ese día, ese y los que le siguieron. Holanda con sol es el mejor lugar del mundo para vivir pero si siempre hiciera bueno, como dice mi sabia hermana, no sería un país tan bonito. Así que a darnos con un canto en los dientes... y a aguantarnos con su bipolaridad.


lunes, 13 de abril de 2009

Limburg


Este fin de semana hemos estado en Limburg. Limburg es una de las doce provincias que forman los Países Bajos, está al sudeste de Holanda y limita con Alemania y Bélgica, debe ser por eso que los limburgueses hablan tan raro... Su capital es Maastricht, ciudad que me pareció encantadora, lástima que estuviera plagada de guiris...(no, yo ya no soy guiri ;)
El tuli me regaló este fin de semana por mi cumple, qué bonito, qué romántico...pensé yo, hasta que vi las pedazo cuestas que nos teníamos que meter con la bici entre pecho y espalda...y es que Limburg no es plano, hay montanas (bueno, llamémosles colinillas, es más, la cumbre más alta de Holanda, el Vaalseberg se encuentra en Limburg con una altura de 322.7 metros ) y había que subirlas con la bici a cuestas. Lo reconozco, me pesa el culo. Nada más montarnos en la bici aparece la primera cuesta, "peazo" cuesta... empiezo a reducir las marchas hasta que me quedo en 1 y parece que el corazón se me va a salir por la boca. Mientras tanto, el tuli ya ha llegado arriba y se dedica a hacerme fotos (grrrrr). Acabo bajándome de la bici, mascullando toda clase de improperios contra las colinas limburguesas...mientras los septuagenarios holandeses me pasan con sus bicis de ciclista... El tuli me dice que me tengo que acostumbrar pero a mi me parece que yo no estoy hecha para subir cuestas, yo me quedo con la planicie. Sin embargo, el tuli tiene razón y los siguientes días me va costando menos. Disfrutamos del paisaje, de los quesos y de los pintorescos pueblos de la comarca. Vale la pena visitar Maastricht pero eso os lo cuento otro día. Ahora os dejo un video de una de mis subidas, para que os echéis unas risas y eso...

lunes, 2 de febrero de 2009

Ruta invernal

Después del disgusto mañanero con la Sra. Groña y en vista de que, a pesar de hacer un frío del carajo, salió un día soleado, decidimos el tuli y yo hacer una ruta en bici. Nos fuimos a Enkhuizen y de allí a Medemblik bordeando la costa, siguiendo la ruta del dique. No hace falta decir que al lado del mar (por cierto, con trozos de hielo) se te quedaba el moquillo estaláctitico... Lo bueno es que teníamos el viento de atrás, lo malo era pensar que a la vuelta necesitaríamos una grua con el viento de cara... Fue genial, no había nadie (claro, la gente normal se queda en casa viendo Spoorloos al lado de la chimenea y esas cosas...). Estuvimos unas 5 horitas con la bici, acabamos en Hoorn (pueblo al que no me importaría mudarme a pesar del nombre..."cuerno": es que el nombre es feo de coj...) muertos de frío pero felices de haber disfrutado de un día así. Después, de vuelta a casa con las bicis en el tren. He colgado las fotos en flickr.

lunes, 12 de enero de 2009

Patinaje "artístico"

Este fin de semana nos fuimos a Harderwijk a...patinar! Si, a ver si os creeis que sólo en Mallorca hace frío. Como aquí estamos a -0ºC (y hemos llegado a -15 por la noche...ríete tú del grajo) los canales y lagos han empezado a congelarse y la capa de hielo tiene el grosor suficiente para regocijo y alboroto de los holandeses... Nunca había visto tanta alegría contenida, la gente aquí reza para que el frío continue, se venden patines a tutiplé y en las noticias sólo se habla del clima y de la gente que ha ido a patinar. Sí, yo también creo que estan locos... pero tengo que reconocer que el paisaje es espectacular y que patinar... aunque peligroso, es divertido. A lo que vamos, el viernes el tuli se cogió libre y nos fuimos a Harderwijk porque allí hace más frío y hay un lago inmenso. Antes de salir de casa se me pincha la bici... empezamos bien. Cuando llegamos a Harderwijk ya es un poco tarde pero nos vamos directos al lago. Qué pasada, hay mucha gente patinando. Me siento sobre una bolsa de plástico para que no se me moje el culo y procedo a calzarme los patines, patines que me ha dejado mi suegra y que son super altos (quiero decir, que tienen la cuchilla a mucha distancia de la suela) y por eso más inestables... Nada más levantarme me caigo al suelo... bien, esto es más dificil de lo que parece... pero como una tiene genes suicidas, no cedo en mi empeño. Cuando he conseguido mantener el equilibrio sobre los patines asesinos, llega la segunda parte... el arte de deslizarse. Intento (con toda la gracia que me caracteriza, esto es...ninguna) moverme hacia delante cargando el peso hacia la derecha y luego hacia la izquierda...pero las piernas se me abren y acabo haciendo la v inversa con las manos en el suelo... vamos, con una elegancia total... Lo curioso es que ningún holandés se rie de mi (en España ya estaría la peña descojonada, me estoy acordando de mi amiga Laia...). Aquí todo lo contrario, la gente se acerca para decirme que qué guay que lo estoy intentando y que siga así y que ánimo. Yo flipo. Después de una hora viendo más el suelo que otra cosa... le digo al tuli que necesito una pausa y el me dice que por qué no vamos patinando hacia el restaurante para comer algo pero yo le digo que a mi paso, cuando lleguemos ya estará cerrado. Al final damos por terminada la jornada. al día siguiente la abuelade Job me deja unos patines más bajos (para gloria bendita de mis pies) y eso ya es otra cosa. Por fín puedo deslizarme sin parecer un pato mareado y por fín empiezo a disfrutar del hielo. De todas formas os voy a dejar un video colgado de mi primera experiencia al patín. Podréis comprobar mi elegancia, gracia y estilo. Más fotos en flikr.


domingo, 26 de octubre de 2008

En la granja

En Holanda también hay chollos para los profes, por ejemplo esas tres semanas que se cogen (nos cogemos) de vacaciones en octubre, febrero y mayo (Romeo estará poniendo el grito en el cielo). Pues qué queréis que os diga, me parece mucho mejor el método "jolandio", déjate de puentes y disfruta de vacaciones como Dios manda, una semana enterita! y eso tres veces al año, aparte de las vacaciones de navidad y verano, claro. Así que esta semana pasada me dieron las vacaciones de otoño y como no está el horno para bollos con esto de la crisis y como además pertenecemos a la cofradía del puño, decidimos el tuli y yo montarnos en nuestras bicis y descubrir la Holanda profunda (para variar). Provincia escogida para el deleite de vacas y ovejas: Drenthe, la provincia menos poblada de Holanda, conocida además por sus campos de heide , sus grandes bosques y sus granjas con techo de paja. Elegimos esta granja para pernoctar, granja con estas vistas y granja literalmente en medio de la nada... el pueblo se llamaba Wittelte aunque lo de pueblo es mucho decir porque era una calle con tres granjas. Para hacer compras o tomarnos un simple café teníamos que recorrernos 6 km en bici hasta el pueblo más cercano, Diever. Nos pasamos 4 días surcando los campos a lo La bordeta con la ayuda de un plano interpretado naturalmente por el tuli. Con mis dotes orientativas aún estaríamos dando vueltas entorno a Wittelte...y sus tres granjas. Conclusión: vuelvo a reafirmar mis intenciones de convertirme en granjera, pero eso sí, tengo que buscar unas tierras que estén cerca de algún pueblo o ciudad que por Dios tenga algo de vida... o al menos 4 tiendas, un café y gente por la calle. Estoy en ello...

lunes, 29 de septiembre de 2008

La ruta accidentada de las dunas

Últimamente y gracias al buen tiempo nos ha dado al tuli y a mi por conocer Holanda en plan Labordeta, así que ayer optamos por hacer la Brede Duinen- route, una ruta espectacular por las dunas de la costa septentrional de Holanda. Una maravilla natural y 42 kilómetros de bici que nos metimos... Esta vez nos bajamos con las bicis en Alkmaar y desde allí comenzamos el camino (es el que veis en la foto de al lado trazado en verde). Ayer volví a decidir por nanógesima vez que me encanta la Holanda rural. Mientras pedaleaba e iba viendo el paisaje me acordé un montón de mi padre, no se por qué, supongo que porque le gusta caminar y la naturaleza así que ya sabes papi, ponte en forma para cuando vengas a Holanda (a mamá no la veo yo en la bici pero algo se nos ocurrirá). En fin, que íbamos los dos tan alegres duna arriba, duna abajo cuando de repente apareció la playa. Me faltó poco para tirar la bici y echar a correr en plan anuncio de fa pero me contuve, la verdad es que volver a ver el mar fue un poco como sentirme cerca de casa, es una pena que para llegar hasta una playa tan virgen tenga que dejarme los riñones en la bici pero bueno, eso tambien tiene su encanto... Se nos estaba haciendo tarde así que decidimos apurarnos para que no se nos echara la oscuridad encima. Todo iba de maravilla, la vuelta la hacíamos con el viento a favor pero de pronto el clima cambia bruscamente (típico holandés) y unos nubarrones se ciernen sobre nuestras cabezas. Job me dice que apure, yo que no puedo más, el 100 metros por delante, yo acordándome de su estirpe y con la lengua fuera. A lo lejos vislumbro un cruce (el tuli ya está llegando). En eso que me giro para mirar un cartel que acabábamos de pasar y cuando me vuelvo a girar para mirar al frente, llega la hecatombe...el tuli se había parado y yo me como su rueda trasera de pleno sin que me de tiempo a reaccionar y frenar. La rueda queda así. Mi cara...tres poemas. Ya está, ya la he vuelto a cagar, estamos en medio de la nada (campo y vacas) y no tenemos medio de transporte para regresar a casa y encima se pone a llover... Yo estoy a punto de ponerme a llorar pero el tuli, que es muy bueno, no me regaña y me da un abrazo. Intentamos enderezar la rueda, imposible.Finalmente no tenemos más remedio que llamar a alguien para que nos recoja y llamamos a su hermano. Menos mal que mi bici no quedó inutilizada y yo pude volver sóla hasta Alkmaar mientras Job esperaba bajo la lluvia a que llegara su hermano desde Amsterdam... una odisea. Así que ahora me toca llevar la bici al fietsenmaker que en cuanto me vea entrar por la puerta se va a descojonar, y encima tengo que aguantar los comentarios de "mujer al volante"...

sábado, 27 de septiembre de 2008

El viaje a Alkmaar.PArte 3


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Es sábado otra vez y voy a terminar de una vez el relato este porque si no se me va a juntar con la probable excursión de mañana y además esto parece ya la crónica del abuelo cebolleta...Salimos de Zaanse Schans y en aquel preciso momento en el que surcábamos los campos de la planície con sus vistas despejadas, todo verde, las vacas pastando, las garzas saludando majestuosamente desde el agua, nadie en el camino salvo nosotros dos y el chirriar de nuestros pedales...fue entonces cuando el tuli y yo decidimos que queríamos hacernos granjeros. No, que no va de coña, que queremos ser granjeros, es decir tener una casa-granja. Lo de los animales ya veremos porque a mi las vacas me dan miedo si estan muy cerca y los caballos también pero siempre podemos tener gallinas y asi tenemos huevos gratis (uf, esto ha quedado muy "gierig"). Bueno, el caso es que pasamos por Wormer y Jisp, dos pueblos de lo más bucólicos y entre uno y otro nos paramos para hacer el picnic. Después continuamos hasta que el agua nos lo permitió y encontramos un barquito que nos transportó al tuli, a mi y nuestras bicis a la otra orilla. Yo pensé que el tipo del minibarco se debía aburrir soberanamente porque de verdad que por esos parajes no se veía alma alguna. Continuamos el camino hasta dar a parar con EL PUEBLO, De Rijp y los escribo con mayúsculas porque nos encantó y es un más que posible candidato para mudarnos (estamos buscando casa... o granja!) así que abajo os dejo un video que grabé del pueblo mientras iba en la bici (que por cierto casi me escoño). Abandonamos De Rijp ya bastante cansados (debíamos llevar unas 4 horas en la bici) y con la caida del sol llegamos a Alkmaar famosa por su mercado de quesos que desgraciadamente nos perdimos... y allí unas cervecitas y a la estación de tren de vuelta a casa! Una excursión muy recomendable.

jueves, 25 de septiembre de 2008

El viaje a Alkmaar. Parte 2

Tres paradas después del momento "Norris" nos bajamos del tren en la estación de Koog Zaandijk para iniciar desde allí la ruta en bici hasta Alkmaar. Lo primero con lo que nos encontramos es Zaanse Schans, un pueblecito que reproduce fielmente la vida de la comarca del Zaan durante los siglos XVII y XVIII, con sus casitas típicas de madera, sus molinos de viento y toda esta peña que parece que ha vuelto del pasado, eso si con una "combinada modernidad"... El sitio sería de lo más bucólico y pastoril si no fuera porque está infestado de turistas y resulta un tanto agobiante, sobretodo porque cuando quiero hacer una foto tengo al chino de turno que obstaculiza el paisaje, porque... y ahora viene una de mis profundas reflexiones, ¿qué les pasa a los chinos con las fotos? Y si hay algún chino que me lea espero que no se ofenda pero es que es impresionante, cualquier chorrada es motivo de foto, que si la hoja de un árbol, que si un trozo de madera, que si una señora con un sombrero...total, que es casi misión imposible localizar un objetivo sin que un chino esté al acecho. De pronto nos encontramos con una competición de zuecos en la que unos 12 participantes luchan por fabricar el mejor zueco, me parece tan curioso que os voy a dejar un video colgado. Y para terminar con Zaanse Schans nos alejamos del bullicio turístico y nos fuimos a una zona muy tranquilita donde decidimos visitar un molino. Fue genial, un voluntario muy amable que trabajaba allí nos explicó todo, como funcionaba, la historia, etc...Nos gustó tanto que hemos decidido hacernos socios de la Asociación de Ayuda por la Supervivencia de los Molinos. Y tras esto nos montamos en las bicis y seguimos el camino con próxima parada: Wormer


lunes, 22 de septiembre de 2008

El viaje a Alkmaar. Parte 1


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Este sábado nos despertamos con un día muy bonito (últimamente me pregunto si realmente vivo en Holanda o si de repente se ha creado un microclima en la planície, en cualquiera de los casos estoy feliz!) y se nos ocurrió la idea de hacer una ruta diferente en bici. Así que hice unos bocatas, nos enfundamos las mochilas y nos fuimos a la estación de Sloterdijk que está a 10 minutos de casa. Una vez allí compramos unos billetes para nosotros y otros para las bicis (las bicis pagan más, 6 euros por cada una pero válido para todo el día) y nos metimos con nuestras bicis en un tren dirección Koog-Zaandijk . Nada más meternos en el vagón observo que dos policías entran detrás de nosotros y se dirigen rápidamente hacia un chaval con pinta de estudiante y uno de ellos (el que tenía pinta de poli malo) le empieza a decir algo. Por supuesto el tuli y yo pegamos la oreja como cualquier hijo de vecino pero hay demasiado ruido y no podemos escuchar bien. Yo desde luego no me entero de nada pero Job me dice que le estan regañando por poner los pies en el asiento. En esos momentos yo pienso que me encanta el Chuck Norris este (estoy harta de que la gente se piense que puede hacer lo que le de la gana con las cosas de todos). Pero de repente la situación se empieza a poner tensa, el chaval le responde mal a Chuck, Chuck se empieza a cabrear, el poli amigo de Chuck sin moverse observa la escena, los ánimos se caldean y finalmente Chuck acaba esposando al chaval ante la atenta mirada de los pasajeros del vagón y mi boca abierta. Lo que parecía una regañina de colegial acaba siendo un delito. En la siguiente parada la policía y el chaval se bajan del tren, este último despotricando, ni por esas se calla la boca. Cuando el vagón se queda en silencio le digo al tuli que me lo cuente todo y el me dice que en Holanda siempre ha sido normal contestar así a la policía y que la policía está intentando cambiar eso y que se le tenga un poco más de respeto. Sin embargo a los dos nos parece algo exagerado todo lo que ha pasado en cuestión de 5 minutos. Yo no sé vosotros pero a mi me dice la policía que quite los pies del asiento y yo me cuadro ante el agente Romerales de turno.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Amsterdamse Bos

Ayer domingo hizo un dia radiante, de esos de principio de verano en los que el sol aprieta pero sin ser agobiante. Es increíble lo que un día así en estas tierras puede influir en el estado de ánimo. La gente se echa a la calle, el canal se llena de barcos cuyos dueños aprovechan para hacer un dia de picnic, los parques se convierten en improvisadas playas por un día y reciben la llegada en masa de personas deseosas de aprovechar hasta el útimo rayo de sol, las terrazas se ven abarrotadas y hasta alguno que otro se atreve a darse un chapuzón en las aguas turbias de algun canal (el tuli dice que estan limpias...no se yo.) En fin, que se respira un ambiente de esos de exaltación de la amistad y mientras vas en la bici sonries a la gente y la gente te sonrie a ti, idílico vamos. Lo que está claro es que en un dia como ese está absolutamente prohibido quedarse en casa. El tuli y yo nos despertamos a la hora acostumbrada , 7 de la mañana... lo se, somos unos honoratos! Nos vemos una peli con un cafetito y sobre las 10:00 nos vamos a casa de mis suegros a desayunar...Que desayuno! Croissants, panecillos con mantequilla y mermelada, quesos de todo tipo, zumo de naranja, etc...mmm todo riquísimo, adiós dieta semanal! Después decidimos irnos a dar una vueltita con la bici: 4 horas... al final una ya no siente su culito en el sillín. Decidimos ir al Amsterdamse Bos porque yo aun no había estado. Nada más llegar decido que me encanta ese parque y que ojalá estuviera más cerca de casa. Una cosa que me encanta de los holandeses es el sentido de la protección con el medio ambiente. Son conscientes de la importancia de poseer lugares así y se involucran mucho en su cuidado y supervivencia, simplemente aman, respetan y valoran la naturaleza...tal como debe ser. Total, (que si no me pongo demasiado profunda y empiezo a disertar) que nos ponemos en marcha y nos adentramos en el bosque hasta que nos topamos con esto. Es una granja de cabras donde también se encuentran otros animales: gallinas, cerdos, caballos pero el animal estrella es la cabra. Los niños se lo pasan bomba y nosotros también...Nos venden unos biberones de leche para alimentar a las cabras y así lo hacemos pero las cabras tardan aproximadamente 10 segundos en acabarse el biberón...así que seguimos nuestra incursión en la granja hasta que cansados nos sentamos debajo de unos árboles a comernos una merecida appeltaart, que rica por Dios... desde que llegué a la planície me he convertido en fan de tan suculento manjar, así me va con la dieta...Seguimos la ruta y llegamos a otra granja, la de los pannekoeken, riquísimos y después decidimos dar por terminada la excursión y nos vamos al molino donde nos esperan unos amigos para terminar el día con unas merecidas cervecitas. Con días así sí que da gusto!

martes, 19 de agosto de 2008

Friesland

Este fin de semana lo hemos pasado en Friesland. Para todos aquellos que os preguntéis qué es eso y donde se halla os diré que es una de las doce provincias que tiene Holanda y está situada al norte, cerca de Groningen y Drenthe y su capital es Leeuwarden...vaya nombrecitos, eh?. En Friesland hablan frisón (por si no nos bastaba con el jolandio) y tienen una bandera muy primorosa...dejémoslo ahí. Los frisios (frisones?) son gente bastante amable, en realidad son mucho más amables que en Amsterdam, sonríen más y te tratan mucho mejor. Primero estuvimos en Roodkerk y después subimos hacia Dokkum porque por allí cerca estaba el pueblo (cuyo nombre soy incapaz de recordar...ininteligible) donde pernoctábamos. Sólo recuerdo el nombre del hotel si se le puede llamar eso porque era muy raro. Llegamos a De witte klok, supuestamente el hotel y vamos a lo que pensamos es la recepción. Una señora muy amable nos dice que tenemos que cruzar la calle para ir a casa de otra señora a recoger la llave de nuestra habitación. El tuli y yo nos miramos con cara de póker pero cruzamos y llamamos a la puerta de una casa. Sale una señora mayor que nos mira con cara sorprendida de "que quereis?" y al poco nos da una llave y casi sin mediar palabra nos cierra la puerta en las narices (esta no era de Friesland seguro). Vamos a lo que pensamos puede ser nuestra habitación subiendo unas escaleras que encontramos en la calle y al fin la encontramos. Una habitación bastante grande, luminosa y bonita. Yo estoy encantada a pesar del secretismo para encontrarla, encantada hasta que al día siguiente a las 7 de la mañana me despiertan unas campanas que anuncian a bombo y platillo que hay que ir a ...misa? 15 minutos sonando las campanitas de los maitines (por no decir de otro lado) Somnolienta le digo al tuli que se vaya al campanario y mate al tipo que las está haciendo sonar. Me dice el tuli que la campana está al lado de nuestro cuarto y que por qué creo que el "hotel" se llama De witte klok (La campana blanca)...Ahora entiendo por qué la señora se ha ido a vivir al otro lado de la calle, es que tenemos el campanario justo encima! Así que nos levantamos muy pronto y vamos en busca de un desayuno... ahhh pero es domingo y está todo cerrado, al menos hasta las 12. Cogemos el coche y nos vamos del pueblo sin nombre hacia la zona de los lagos. Tenemos suerte, el clima es fantástico (cosa rara). En el camino nos paramos en una especie de marisma con un paisaje espectacular y me fijo que hay tres hombres con sus sillas apalancados con una especie de catalejos . Le pregunto al tuli y me dice con voz de ultratumba "ssshhhhh, estan observando a los pájaros"...Se me había olvidado lo de la pasión ornitológica... Seguimos nuestro camino pasando por paisajes bucólicos y pastoriles llenos de vacas y ovejas y verde, mucho verde. La verdad es que te dan ganas de comprarte una granja, hacerte granjera y quedarte allí para siempre. Al final llegamos a Heeg, un pueblo muy bonito donde hay muchos barcos. Nos tomamos un merecido desayuno en un café idílico y observo desde la terraza cómo se cobra el peaje cuando levantan los puentes para dejar pasar a los barcos... con un zueco! Acabamos nuestro viaje pasando por Swifterbant, ciudad en la que nació el tuli, ya en la provincia de Flevoland y de ahí a Amsterdam que nos espera con la lluvia de bienvenida.

lunes, 21 de julio de 2008

Harderwijk


Este fin de semana nos hemos ido a Harderwijk, el pueblo-ciudad en el que vivió el tuli desde los 12 a los 18 años. Mis suegros tienen una casa allí y como ellos este fin de semana se iban a una boda en Noruega nos han dejado su casa para que respiremos aire puro y no se nos caiga literalmente la casa de Amsterdam encima...Yo encantada de la vida, lo que sea con tal de no ver el dantesco aspecto de nuestra tulihouse. Si no me creeis, clicad aquí. Así que el sábado al mediodía hicimos la mochila y nos cogimos el tren rumbo Harderwijk. A mí me encanta ese pueblo, es muy tranquilo y la situación es perfecta, entre el bosque y el mar. Harderwijk es famoso por su delfinario al que yo nunca he ido ni tampoco tengo demasiadas ganas... Lo que más me gusta es que la gente en los pueblos es super amable y te dan ganas de quedarte ahí (sobretodo si a tu regreso te esperan las obras de tu casa) y también me gusta que hay mucha naturaleza y puedes hacer muchas excursiones con la bici. Bueno, la cuestión es que después de pasar un dia y medio allí una vuelve con las pilas cargadas para enfrentarse a Polonia entera si hace falta. Esta mañana me he despertado a las 7:00 por supuesto, con el "Gutenmorgen" de los polacos en nuestra supersuite de lujo, en la que ya no cabe nada más aunque el tuli se empeñe en que sí... y aunque hace un tiempo de perros, hoy estoy feliz! Debe ser que veo la luz y el cartel de "Fin de Obras" al final del tunel... Por cierto, os habéis fijado que tenemos cámara nueva, no? :)

martes, 27 de mayo de 2008

Un país en la mochila


El sábado pasado el tuli y yo decidimos hacer una excursión por la estepa tulipanera. Teniendo en cuenta que mi bici es del año de la tanga, lo mío tiene mérito... Recuerdo que la última vez fuimos a Marken, Volendam y no se a que otro sitio en la quinta chimbamba...sólo sé que yo ya no sentía mis posaderas...así que esta vez decidimos cortarnos un pelo y hacer una ruta más adecuada a nuestras bicis y en mi caso también piernas y nos fuimos a Spaarndam, un pueblo a 15 Km de Amsterdam (15 ida y 15 vuelta = 30 km que nos metimos entre pecho y espalda). La verdad es que la ruta una delicia, mucha naturaleza, mucha tranquilidad, mucho pájaro...por primera vez en mi vida vi una garza y por supuesto la retraté. Hicimos una parada en el pueblo para beber algo (cerveza, como no...mmm) y de repente me encuentro con esto y pienso... "jo, la de mierda que debe haber en el canal ese"...pero el niño este arriba y abajo como si nada mostrándonos su destreza (ejem ejem) del "salto de plancha". Todo muy bien, muy bonito, muy bucólico, yo encantada...y entonces llega la segunda parte: la vuelta a casa! Con el viento en contra no hay dios que mueva mi bici y mis riñones empiezan a quejarse y mi cara es un poema (a todo esto el tuli como si nada, aqui nacen con cara de no pasa nada...) y oigo al tuli que me dice: "pedalea!" y yo pienso "¿pero que se cree este que estoy haciendo... punto de cruz?" pero no le digo nada porque el viento no me deja abrir la boca... pero finalmente llegué, exhausta pero llegué (con ayuda del tuli ,lo tengo que reconocer). La verdad es que cuando no hay tanto viento es una gozada. Próximo objetivo: comprarme una bici en condiciones... (Kiko, Toni...preparaos para las excursiones en bici, ya queda poco!!)