Domingo. 10:55. Miro por la ventana y veo nieve. Me pregunto por enésima vez cuando van a empezar a subir las temperaturas. "Ni lo sueñes" me dice el tuli a modo de oráculo. La semana que viene va a helar otra vez. Profundo suspiro el mío. Por lo menos asoma un rayo de sol, lo que hace que el panorama se salve de ser dantesco. Ahorraos el flander-comentario ese de "jooo, pero si es superbonito, todo blanquito". Os aseguro que después de mes y medio de blancura, cuerpo agarrotado, moquillo congelado, radios de la bici rotos, candado petrificado, resbalones varios y aspecto exterior golum-espectral a una la nieve le parece de todo menos bonita. Pero bueno, me contento con pensar que dentro de tres semanas tengo las krokusvakantie. La primera vez que escuché esta palabra me dieron ganas de ponerme una chistera y una varita y hacer eso de hocus-pocus-krokus... lo hice en una clase (sin chistera y varita, tan friki no soy) pero me miraron como si estuviera poseída. Las crocus son unas flores muy bonitas que florecen muy temprano, incluso en invierno. De ahí el nombre que le dan los jolandios a la semana blanca de vacaciones.Destino: Mallorca por supuesto. Ahora que mi sobrino ha aprendido a decir mi nombre (o parecido) no hay que dejar que se olvide.
Por otro lado estamos de buenas nuevas, ayer firmamos el acta de compra de la casa, eso si, sin tener la hipoteca aún. Es lo que se estila por estos lares. Primero uno dice que va a comprar una casa y después investiga si puede comprarla o no, lo que por lógica aplastante debería ser al revés. Pero como yo no soy una persona lógica mejor me callo, no vaya a ser que me salga un zapatón puntiagudo y me haga una disertación profunda y empírica sobre el tema.
Feliz domingo a todos




