miércoles, 17 de marzo de 2010

El dentista

Mientras espero ansiosa la llegada al mundo de mi sobrino Héctor (tiene que ser hoy!) voy a divagar un poco sobre los matasanos...

¿Nunca os ha pasado que cuando tenéis que ir al dentista SABÉIS a ciencia cierta que el Sr. de los Dientes os va a regañar? Yo siempre voy con la misma sensación y además antes de ir repito siempre el mismo ritual: me lavo los dientes concienzudamente, me enjuago la boca con Oraldine y me paso esa cosa que se llama seda dental y que está en algún cajón vete a saber donde... como si esa caries que está en el lateral interno de la muela fuera menguar y el señor dentista no se fuera a dar cuenta...
11:30 de la mañana. Consulta del Sr. dentista. Me hacen pasar a la sala de espera y allí me hacen rellenar una lista eterna con preguntas del tipo: ¿sufres del corazón? ¿tienes taquicardias?¿llevas marcapasos? (empiezo a mirar mosqueada las paredes de la salita en busca de algún título de odontología...) 5 minutos después entro en una sala impoluta. Me recuesto en la camilla y espero. Entra el malo de la película ataviado con una máscara de protección tipo visera (de esas de "te voy a soldar los dientes"... debe estar de moda) levantada hacia arriba. Con cara de pocos amigos (seguro que él ya piensa que me tiene que regañar) me pregunta qué me pasa y le digo que últimamente me duele la parte lateral izquierda de los dientes aunque en realidad yo he ido por lo de la llaga en el paladar... Me examina cuidadosamente y me hace LA PREGUNTA: ¿tú te pasas el hilo dental? "Cuando me acuerdo o sea rara vez" sería la respuesta apropiada pero le contesto muy seria: "de vez en cuando" Ya la he cagado y lo sé. Empieza a decirme lo importante que es usar la seda, incluso me habla de unos palillos bucales, que curiosamente ellos venden junto con un cepillo electrónico supersónico que da masajes, etc... Me dice que la caries que tengo es muy chiquitita y que de momento, a no ser que me duela, no me va a hacer nada...y para lo de la llaga: zumo de naranja y mucha vitamina C. Total, que la regañina me cuesta 60 euros y el dentista ni me ha tocado. Eso sí, vuelvo a casa cargada con mi kit dental...

3 comentarios:

Alicia dijo...

Ya pasaste la obligada visita anual!, qué envidia.

JuanRa Diablo dijo...

No te esfuerces demasiado. La última asignatura en la carrera de los dentistas se llama: Regañinas (obligatorias pese a lo ineficaces)
Así que la bronca nos la vamos a llevar siempre :(

Nuria dijo...

No sólo la pasé sino que además me hicieron volver para un control: esto es "un sablazo"...

Yo ya estoy acostumbrada a la bronca del Sr. Dientes aunque nunca me la habían echado en otro idioma, y en holandés, te aseguro Juanra, suena aún peor!;)