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sábado, 31 de julio de 2010

La logotulipeda

Hace ya bastante tiempo que me quejo de dolor de garganta. Primero pensé que era un virus, después que podrían ser nódulos o pólipos y al final me fui al médico para dejar de alimentar mis artes adivinatorias...
Llego al otorrino que me recibe sonriente con sus instrumentos de tortura. Me sienta en una silla, me dice que abra la boca y desliza un mango de metal con un espejito hacia mi garganta, mango que casi vomito. Tras la exploración concluye que no tengo nada y me remite al logopeda, después de confesarle que soy profesora y me paso la vida hablando. Acabáramos, piensa el tuli-otorrino. Dos semanas después tengo cita con la logopeda de turno (o sea, la que me ha tocado). Me abre la puerta de la consulta una chica rubia muy mona que podría ser mi alumna. Rebosante de entusiamo me pide que me siente y que le cuente qué me pasa. Comienzo con mi disertación pero al segundo me interrumpe y me dice que no estoy relajada, que me acomode bien en la silla, respire pausadamente, controle el ritmo, me relaje y empiece otra vez. Yo pienso: "joeeee, esto va para largo".
Después de contarle mi vida, que por mi trabajo tengo que hablar mucho y encima en tulipan (idioma fonológico bastante diferente, por no llamarlo jodido que irrita mis cuerdas vocales), me propone hacer una tecnica de relajación:
Logotulipeda: Túmbate en esa camilla boca arriba, con los brazos estirados a lo largo del cuerpo, relájate y deja tu mente en blanco.
Yo: Vale (pero me viene a la cabeza la imagen del Albert Heijn y las compras que tengo que hacer todavía...)
Logotulipeda: Ahora cierra los ojos y visualiza mentalmente tus pies y siente que forman parte de tu cuerpo.
Yo : el qué? por no decir "lo cualo?"
Logotulipeda: sí, siente la energía de tu cuerpo y cuando notes que tus pies hormiguean me dices "ajá". No hace falta que abras los ojos.
Yo:ehhh, ok (pensando por qué me ha tenido que tocar la "Zen")
Al cabo de un rato calculado en el que yo ni estoy relajada ni siento nada especial, digo: "Ajá"
Logotulipeda: Muy bien, ahora haz lo mismo con tus rodillas.
Yo:Con las rodillas? (esto va a durar mucho, la próxima vez dire "ajá" más rápido- pienso para mí)
Cuando llegó el turno del estómago me da a mí que me pilló porque debí decir "ajá" demasiado rápido.
Logotulipeda: Normalmente el hormigueo del estómago se tarda bastante más en notar. Tienes que tomártelo en serio, si no, no vale.
Yo:(a esas alturas decido sincerarme) Es que no sé cómo se hace.

La chica emite una risilla socarrona y me dice que no me preocupe, que lo vamos a practicar, que ella ha notado que yo voy acelerada y que lo que yo tengo es un problema psicosomático que se llama ESTRÉS. Me manda como ejercicio unas respiraciones profundas y que practique la técnica de Ale xander. Cuando llego a casa googleo esa técnica y empiezo a descubrir el mundo "Zen" jo... y yo que para esas cosas soy tan poco crédula... vamos a ver en que acaba todo esto.

martes, 30 de marzo de 2010

Gastroscopia

Martes, 8:15 de la mañana. Voy en el tranvía rumbo al hospital porque tengo cita para hacerme una gastroscopia, qué bonito palabro y qué poco me va a gustar...(llamadme intuitiva)
La cuestión es que últimamente he tenido muchos problemas de estómago y entre que los zumos de naranja que me recetan aquí ya no ayudan y que además ya he ido 4 veces al centro de salud, han decidido que soy una cansina y me han mandado al gastroenterólogo, que alegría, qué alboroto...
Mi amiga Renate me espera en la puerta porque el tuli no me puede acompañar, subimos a la primera planta y esperamos a que me llamen. Sale una enfermera que dice: "Mevrouw Rodriqüez". Ya ni me molesto en corregirle. Le pregunto si Renate puede pasar conmigo (para darme apoyo moral y esas cosas) y entramos en la sala del terror. Allí hay dos enfermeras y el Sr. del Gastroscopio, desde ahora denominado "el monstruo del cable". Una de las enfermeras me explica en qué va a consistir la prueba. Según ella (yo no lo tengo tan claro) me van a meter este cable por la boca hasta el estómago y yo tengo que estar tranquila (a ver cómo se come eso...) En esos momentos me acuerdo de mi amiga Mariví que ayer me decía que el cable era más fino que el de un ratón de ordenador...cuando la vea se va a enterar...Me empieza a entrar un sudor frío y mientras una enfermera me da algo para adormecer la garganta la otra me coge de la mano (signo inequívoco de que esto va a ser un martirio). Durante dos minutos (los mas eternos de mi vida) estuvo el monstruo del cable urgando en mi estómago. Yo por supuesto en mi versión más dramática: dando arcadas, al borde del histerismo y pegando manotazos a la pobre enfermera. Menos mal que estaba Renate, una cara amiga :) Después del suplicio (no se me ocurre otro nombre mejor) el médico me dice que todo está "netjes"(=bien limpito) pero que tengo que proteger a mi estómago tomando omeprazol e intentar no estresarme (buff, eso va ser difícil). Salimos de la consulta, yo con la garganta hecha polvo y con la firme intención de empezar con las clases de yoga... menudo martes!

miércoles, 17 de marzo de 2010

El dentista

Mientras espero ansiosa la llegada al mundo de mi sobrino Héctor (tiene que ser hoy!) voy a divagar un poco sobre los matasanos...

¿Nunca os ha pasado que cuando tenéis que ir al dentista SABÉIS a ciencia cierta que el Sr. de los Dientes os va a regañar? Yo siempre voy con la misma sensación y además antes de ir repito siempre el mismo ritual: me lavo los dientes concienzudamente, me enjuago la boca con Oraldine y me paso esa cosa que se llama seda dental y que está en algún cajón vete a saber donde... como si esa caries que está en el lateral interno de la muela fuera menguar y el señor dentista no se fuera a dar cuenta...
11:30 de la mañana. Consulta del Sr. dentista. Me hacen pasar a la sala de espera y allí me hacen rellenar una lista eterna con preguntas del tipo: ¿sufres del corazón? ¿tienes taquicardias?¿llevas marcapasos? (empiezo a mirar mosqueada las paredes de la salita en busca de algún título de odontología...) 5 minutos después entro en una sala impoluta. Me recuesto en la camilla y espero. Entra el malo de la película ataviado con una máscara de protección tipo visera (de esas de "te voy a soldar los dientes"... debe estar de moda) levantada hacia arriba. Con cara de pocos amigos (seguro que él ya piensa que me tiene que regañar) me pregunta qué me pasa y le digo que últimamente me duele la parte lateral izquierda de los dientes aunque en realidad yo he ido por lo de la llaga en el paladar... Me examina cuidadosamente y me hace LA PREGUNTA: ¿tú te pasas el hilo dental? "Cuando me acuerdo o sea rara vez" sería la respuesta apropiada pero le contesto muy seria: "de vez en cuando" Ya la he cagado y lo sé. Empieza a decirme lo importante que es usar la seda, incluso me habla de unos palillos bucales, que curiosamente ellos venden junto con un cepillo electrónico supersónico que da masajes, etc... Me dice que la caries que tengo es muy chiquitita y que de momento, a no ser que me duela, no me va a hacer nada...y para lo de la llaga: zumo de naranja y mucha vitamina C. Total, que la regañina me cuesta 60 euros y el dentista ni me ha tocado. Eso sí, vuelvo a casa cargada con mi kit dental...

martes, 16 de febrero de 2010

Enfermos

A tres días de las krokusvakantie el tuli y yo hemos amanecido catatónicos, yo con dolor de cabeza, garganta y cuello y Job con dolor muscular y de estómago, vamos todo un cuadro Picasso. No sé que es peor, si estar enferma o que lo esté el tuli... porque no se qué tienen los hombres con eso pero se ponen de un quejica... Yo al menos me he levantado para comer algo y no desfallecer, el tuli sigue una dieta estricta a base de líquidos. Para amenizar el día, no ha parado de nevar en toda la mañana, es por lo único por lo que me alegro de tener que quedarme en casa. Nos hemos tragado un bodrio en toda regla: Daybreakers, una de vampiros donde se ven muchos baños de sangre y cuyo argumento raya en lo patético, pero en fín, es una de esas peliculas que te puedes tragar tranquilamente estando enfermo. Me recuerdan a aquellas pelis de serie B (que en realidad eran C o D) que nos tragábamos en General Yague cuando ya habíamos decidido que nos íbamos a saltar las clases...pues nada, que a guardar camita, que en tres días me tengo que ir a Mallorca y eso es sagrado!

lunes, 31 de agosto de 2009

Médicos

El sistema sanitario holandés: ese gran desconocido. Hoy voy a analizar la diferencia entre ir a la consulta holandesa o española..., más que nada hablaremos del proceso y medidas a adoptar frente a una infección de orina, por ejemplo, la que agarró una susodicha unos días antes de regresar de Croacia. Quizás debería hacer un inciso aquí para hablar de la sanidad croata, aunque mejor, correré un tupido velo y no hablaré de las hierbas raras que me dio un farmaceutico allí... En fín, que nada más llegar a la planicie llamo para pedir cita con el médico. Me atiende una señorita muy amable. Hasta aquí todo idéntico en ambas tierras (bueno, lo de amable puede variar dependiendo del estado del telefonista, esto es , si ya se ha tomado el café o no). Comienzan las diferencias:

España: En España te dan cita para cuando "se pueda". Eso puede llevarte un par de días. La telefonista te pide los datos y te da una cita. Cuando acudes al médico, éste te pregunta que te pasa, tu le cuentas que crees que tienes una infección de orina y entonces te manda hacerte unos analisis que normalmente tardan una semana. Al cabo de una semana vuelves (con la infección en estado galopante) y entonces te da una receta. Vas a la farmacia, compras los antibióticos y si la infección no remite repites el procedimiento "again and again" (esto a groso modo). Ha pasado una semana y media.

Holanda: La telefonista te pide los datos y a continuación ejerce el papel de médico y te pregunta qué te pasa. Tú se lo cuentas pensando que trata de ser amable. Error. A continuación te dice que para eso no te va a dar cita con el médico. Te pide que le lleves una muestra de orina antes de las 11:00 (es decir, que ni siquiera importa que sea la de la primera hora). Como tu no tienes un botecito estéril de esos, le preguntas amablemente dónde puedes conseguir uno y ella te responde que hagas pipí en cualquier bote que tengas por casa, vamos, como si es el de pepinillos. Momento de confusión. Finalmente se accede a ello (no queda otra) y se le lleva el bote con la orina a la telefonista (con la esperanza de que tenga un título, como mínimo de enfermera). Al cabo de un par de horas recibes su llamada confirmando la infección. A continuación vas a la farmacia a recoger los antibióticos que estan a tu nombre. Comienzas el tratamiento el mismo día. Si la infección no remite, no debes volver a llamar, limítate a beber mucha agua y comer arándanos (literal). Han pasado 4 horas. Eso sí, ni rastro del médico y a saber dónde estará el bote de pepinillos...

Conclusión: quizás hubiera sido mejor tomarme las hierbas croatas...